1.- Pedro Sánchez no es la primera vez que acude al besamanos. Por lo tanto sabe en qué consiste. Pero voy más allá; cualquier persona que acude a un acto de esta importancia, si no sabe en qué consiste, por pura lógica preguntará qué o qué no debe hacer. Consta que a Sánchez le dijeron que se parase con los reyes (no al lado) un par de segundos para dar tiempo a que llegasen las siguientes autoridades, en ese caso Ana Pastor (con José Benito, su marido) y Pío García Escudero, autoridades 3 y 4 del Estado. Esto se hace así porque la entrada se hace escalonadamente, y entre el presidente y Ana Pastor mediaban esos segundos. La idea era, pues, que Sánchez solo se parase con los reyes esos segundos.
2.- Observemos la foto que he escogido para acompañar este artículo. La cara de Ana Pastor lo dice todo. Parecería que le dijese: “Presidente, este no es tu lugar…, te has equivocado”. Ana Pastor, presidenta del Congreso, también tiene sobrada experiencia en este tipo de actos y en protocolo en general. Ana es mi amiga, la conozco muy bien, y se que sobradamente ella puede ir a este tipo de actos sin que nadie le diga qué es lo que tiene que hacer o decir. Es más, como en este caso, vemos que ella es precisamente la que corrige a Sánchez con ese gesto que vemos en la foto mientras lo saluda por mera cortesía. Por lo tanto, Sánchez se ha equivocado. En la primera versión de lo sucedido, desde Moncloa dijeron que les dijeron que se pusiesen ahí para hacer una foto de los cuatro. En todos los años que se lleva celebrando este acto, nunca jamás se hizo tal foto. Pero voy más allá, si esa supuesta foto se fuese a hacer, Ana Pastor debería saberlo y debería esperar a que la hiciesen antes de entrar en el salón, cosa que no hace porque no había tal foto. Nuevo error desde Moncloa.
3.- Hizo lo que le dijeron. Esta frase encierra una trampa. Efectivamente Zarzuela reconoce que Sánchez “siguió las instrucciones de protocolo de la Casa”, según publica hoy “El Español”, a modo de capote salvavidas. Lo malo de decir primero una cosa (la foto con los reyes) y luego otra, (seguir las instrucciones) y dejarlo en “anécdota” desde Moncloa, es que al no ser veraz la primera, la segunda cojea. Efectivamente es cierto: Sánchez siguió las instrucciones de la Casa…, las siguió en el punto y hora que tras decirle Ana Pastor que no era su sitio, un funcionario de la Casa le da las instrucciones para salir de ahí. Efectivamente siguió las instrucciones…, salió de ahí con la cabeza gacha, como un colegial al que le llaman la atención por portarse mal. Pero no hay mentira alguna: siguió las instrucciones. Todos lo hemos visto mientras se retiraba avergonzado…