D. Ramón María del Valle-Inclán (1866-1936), fue dramaturgo, poeta, novelista, ensayista y periodista, perteneciente a la corriente modernista, es considerado como un autor clave de la literatura española del siglo XIX y del XX.
En todas las biografías de D. Ramón se suele mencionar la manía que le profesaba a su coetáneo (también escritor y comediógrafo) José de Echegaray. Se cuenta que en una ocasión Valle-Inclán presentó una obra a un certamen literario y Echegaray, que estaba en el jurado, hizo todo lo posible para que el gallego no lo ganara. Desde entonces D. Ramón profesaba a D. José un odio muy poco disimulado.
Es bastante famosa la anécdota en la que, con ocasión de un estreno de Echegaray, el crítico teatral madrileño Urrecha le dedicaba múltiples loas al dramaturgo, todo lo cual provocaba en D. Ramón una profunda desazón. En esa ocasión a Valle-Inclán se le ocurrió al respecto un epigrama (o sátira ingeniosa) que decía:
En Bombay dicen que hay,
brotes de peste bubónica,
y aquí Urrecha hace la crónica,
de un drama de Echegaray.
¡Mejor están en Bombay!
En Londres, a principios del siglo XX, un afamado y duro crítico teatral escribía su opinión, en el Times, sobre el reciente estreno de un conocido autor teatral: «Anoche estrenó su ultima obra el autor Sr. Harrison en el teatro The Red Lion. ¿Por qué?»
Y el crítico no necesitó escribir nada más, porque en aquellas dos palabras se encerraba su opinión sobre la obra en cuestión.
Notica reciente en un diario regional: «Caballero recupera para la Zona Franca a David Regades». Después de leerla se me ocurrió lo mismo que al crítico teatral londinense, ¿por qué?
El puesto de delegado del consorcio estaba ocupado por la concejala socialista Ana Mejías. El pasado mes de enero fue confirmada en el cargo por el alcalde Caballero, que alabó el trabajo de la señora Mejías. El cesar en el cargo, unos meses después de su nombramiento, a doña Ana Mejías me parece una auténtica falta de respeto hacia ella.
Pero me atrevería a asegurar que no habrá ninguna dimisión del resto de concejalas en protesta por la decisión en cuestión.
Y es que la política (tristemente) es así.