En mi opinión, las primarias del Partido Socialista Gallego, celebradas el sábado día 30 de octubre, han puesto de manifiesto varios puntos importantes. Uno de ellos es la diferencia entre el norte y el sur de Galicia, demostrando una pugna que se prolonga en el tiempo. Otro punto es la manipulación y el desprecio al sur de Galicia de la cúpula socialista asentada en Madrid, en Ferraz, demostrando que de Galicia sólo parecen conocer A Coruña.
Gonzalo Caballero era, sin ninguna duda, el candidato mejor preparado, tanto en el terreno académico como en el terreno político, con sobrada experiencia y talla política. Valentín González Formoso, en cambio, no le llega a la cintura en ninguna de las facetas.
A pesar de las notorias diferencias entre los candidatos, los resultados de las primarias dieron la victoria a Formoso, que contó con el apoyo de las provincias de A Coruña y Lugo, mientras que Gonzalo Caballero contó con el apoyo de Pontevedra y Ourense. La pérdida de Gonzalo Caballero, en mi opinión, fue la consecuencia del acoso y derribo propiciado desde las sombras del Partido Socialista mediante una maniobra apoyada por Ferraz, donde no convencieron los resultados de las pasadas elecciones generales, como si la solución fuera el cambio de secretario general; es obvio que en Madrid desconocen la idiosincrasia de las gentes de Galicia.
Mal que nos pese a muchas personas, en Galicia triunfa el Partido Popular y es muy difícil arrebatarle el protagonismo porque, en mi opinión, la ignorancia y la desconfianza conllevan el voto a cualquier partido que no tenga que ver con el socialismo y mucho menos con el comunismo. En su ignorancia política, la mayoría de la población gallega se siente conservadora y tiene miedo que le quiten lo que tiene, sea poco o mucho. Así las cosas, difícil lo tendrá cualquier candidato de izquierdas.
Además, los partidos gallegos de izquierdas están divididos por diferencias que parecen irrenunciables, y el Partido Popular, que engloba desde un sector del centro hasta la ultraderecha, se ve beneficiado con una enorme bolsa de votos que nunca llega a alcanzar la izquierda, salvo que se una.
De cualquier modo, los resultados de las primarias son claros y están ahí: ha vencido Valentín González Formoso, el hombre de Ferraz. Sin embargo, está por ver que Formoso sea capaz de desbancar al Partido Popular y, sobre todo, a Núñez Feijóo en particular, que está anclado en el pedestal de la Xunta de Galicia gracias a una mayoría de votos que es justo reconocer y que difícilmente van a cambiar de partido. Por si esto fuera poco, muchos votantes del Partido Socialista de Galicia, aunque no vayan a cambiar su voto a favor del Partido Popular, dudarán en dar su apoyo a Formoso, un candidato del PSdG manipulado claramente desde Madrid, y seguramente favorecerán a otras formaciones como el BNG, o decidirán abstenerse. En mi opinión, el Partido Socialista ha perdido una gran oportunidad porque Gonzalo Caballero hubiera conseguido dar imagen de continuidad, de estabilidad y de seguridad, mejorando los resultados. Por eso opino que el futuro del PSdG es incierto, por no decir negro.