La vivienda en la ciudad de Vigo se está convirtiendo en algo inalcanzable. Existen pisos que llegan al millón de euros, sin duda para personas privilegiadas económicamente, pero los más baratos, que son contados, se escapan de las posibilidades de la gente normal de la calle. En Vigo existen muy pocas gangas.
Se habla de la necesidad de viviendas sociales, de alquileres tensionados… Se habla mucho de todo esto y los políticos se echan las culpas unos a otros, pero nadie le pone remedio a una situación que afecta a una gran parte de la ciudadanía. Y las pocas viviendas sociales que se anuncian no llegan a cubrir todas las necesidades, sólo son un parche de cara a la galería.
En mi opinión, la contención de precios de la vivienda seguramente se conseguiría abriendo la puerta a nuevas construcciones, sin embargo, eso necesita, según dicen, la aprobación del PXOM (Plan Xeral de Ordenación Municipal), algo que resulta controvertido y que nunca parece llegar a buen término.
Muchas personas nos preguntamos si realmente existe interés real por sacar adelante el PXOM de Vigo o si, por el contrario, se está mareando una perdiz que sigue enriqueciendo a unos cuantos y empobreciendo a una mayoría.
Todavía no está aprobado el PXOM, eso es una realidad, y la ciudadanía de a pie entonces se pregunta, ¿por qué razón existen edificios que se están construyendo? ¿Quiénes les han dado la licencia o el premiso para llevar a cabo esas obras? ¿Acaso existen excepciones urbanísticas? En ese caso, ¿quién decide cuáles son las excepciones y en qué se basan tales consideraciones? ¿Acaso existe el amiguismo? ¿Todas esas obras serán legales si algún día el PXOM sale adelante?
Basta dar una vuelta por zonas como Cabo Estay, la Rúa Tomás Alonso o la Avenida Atlántida para ver obras de nueva construcción, por poner algunos ejemplos. Y, mientras tanto, ¿qué es lo que está pasando con el Barrio do Cura? ¿Qué ocurre con la Panificadora? La verdad es que todo esto huele un poco raro y las personas perjudicadas siguen siendo las de siempre: la gente normal de la calle. Está claro que la vivienda de Vigo sigue siendo un auténtico lujo.