El Puerto Exterior de A Coruña está ubicado en Punta Langosteira, en la zona de Arteixo, donde existen importantes polígonos industriales. Una de las finalidades del proyecto es el traslado de las instalaciones portuarias fuera del ámbito urbano, y para ello está planificado que cuente con un dique de abrigo, un contradique, y con las necesarias conexiones ferroviarias y por carretera, sin olvidar un costoso oleoducto y otras menudencias.
Resulta curioso que a unas diez millas ya existe otro puerto de similares características, concretamente en cabo Prioriño, en Ferrol, y, a pesar de ello, en su día se optó por desarrollar el de A Coruña, casualmente, en una época de bonanza para las inversiones inmobiliarias.
Es evidente que el Puerto Exterior de A Coruña es un exponente de la falta de planificación, puesto que no tiene sentido dos puertos de elevado coste y de similares capacidades a tan solo diez millas de distancia, el de A Coruña y el de Ferrol. Al mismo tiempo, el Puerto Exterior de A Coruña es la demostración de una mala gestión de la planificación económica, con un presupuesto que no cesa de aumentar un año tras otro.
Lo más ridículo del proyecto del Puerto Exterior de A Coruña es su propia inutilidad. Hace pocos años, concretamente en 2012, Navantia, el astillero ferrolano, y la naviera holandesa Docwise, que estrenó el mencionado puerto de A Coruña, descartaron sus instalaciones por falta de confianza y optaron por el de Vigo.
Así las cosas, el presupuesto del Puerto Exterior de A Coruña ya ronda los mil millones de euros y no tiene trazas de terminarse, como si el mar se lo fuera engullendo año tras año de un modo insaciable. Pero aquí nadie se responsabiliza de un gasto público desproporcionado en una época de crisis, un gasto incluso superior al despilfarro del aeropuerto de Ciudad Real, del aeropuerto de Castellón, o de la controvertida Ciudad de la Cultura de Santiago de Compostela. Con el presupuesto de esa obra faraónica de dudosa utilidad se podrían haber buscado otras soluciones más prácticas y más eficaces, como el haber modificado el Puerto Exterior de Ferrol, y seguro que todavía sobraría presupuesto para solucionar muchos problemas sociales. ¿Compensará algún día tanta inversión en el Puerto Exterior de A Coruña? ¿Sería la auténtica solución para un nuevo Prestige?