Pues Vd imagine que su amigo, pongamos Javier, quiere trasladarse por carretera en sentido norte-sur hacia la capital del Principado, de hecho es una ruta que miles de asturianos hacen cada día.
En este caso Javier para llegar a Oviedo podrá elegir dos rutas, por un lado la autopista «Y» A-66, que comunica Avilés y Gijón con Oviedo. Pero si a Javier no le convence ir a Oviedo por la «Y», porque tiene bastante tráfico, lo podrá hacer por la autovía de más reciente construcción, la AS-II, que nace de un desdoblamiento de la antigua carretera nacional.
Hay que precisar que elija una u otra Javier no tendrá que pagar ningún tipo de peaje porque ambas son «GRATIS-TOTAL».
Pero aún diría más, si Javier en lugar de Oviedo quisiera ir hacia Mieres, por la zona de las cuencas carboníferas, lo podrá hacer por la autovía AS-I, denominada «la Minera». Obviamente se trata de otra autovía que carece de peaje.
Sin embargo, ahora póngase amigo lector vigués en su caso, cuando se le ocurra trasladarse por carretera hasta la segunda ciudad gallega como es A Coruña.
Entonces tiene Vd tres posibilidades:
Posibilidad 1.- Utilizar la AP-9 para llegar a la ciudad herculina. El importe total de ida entre ambas ciudades será (con la última subida) de 15,81€. Así que ir y volver a A Coruña le va a salir por más de 30€, solamente en peajes.
Posibilidad 2.- Utilizar la carretera nacional 550. No se la recomiendo a no ser que no tenga Vd prisa y quiera ir admirando el paisaje. A nivel de duración del viaje no es operativa.
Posibilidad 3.- Quedarse en su casa o elegir otro destino mejor comunicado y que no le perjudique la cartera.
Para terminar amigo lector, me gustaría dirigirme a nuestro alcalde Abel Caballero sobre este particular, para pedirle que cuando hable con el próximo ministro de Fomento le recuerde que aquí en el Finisterre tiene que construir una autovía pública, para que no caigamos en las garras de Audasa.
Una y otra y otra y otra vez.