Hace poco que he podido ver los nuevos murales que decorarán medianeras bajo el programa municipal ‘Vigo, Cidade de Cor’. Son 14 diseños de distintos artistas y se llevarán a cabo durante el presente año.
Los motivos son variados: mapas marinos, grandes mujeres gallegas, el veganismo, la esencia viguesa, motivos pesqueros y hasta algún personaje de Hamlet. Sin ser el que escribe técnico en la materia, tengo que decir que como simple ciudadano los murales de este año me parecen correctos.
Cuando estaba viendo estas pinturas se me ocurrió pensar en el porqué en Vigo existen tantas medianeras. Pues es sencillamente porque en esta (desgraciada) ciudad los promotores/arquitectos y políticos locales se dedicaron, durante décadas, a permitir todo tipo de tropelías urbanísticas, y en una calle de viviendas con planta baja y dos alturas (por ejemplo) esos sujetos levantaron edificios de 6-8-10 pisos sin ponerse siquiera un poco colorados. Por cierto, una curiosidad: ¿cuántas fortunas se han hecho en esta ciudad machacando el urbanismo vigués?
Pero en el mundo existen ciudades donde los que dirigen son civilizados y no pasa esto. Y la imaginación se me fue a París. Las veces que he visitado la capital gala me he deleitado con su grandeza (‘grandeur’ según los franceses), su magnificencia, la inmensidad de sus avenidas, sus enormes plazas, sus monumentos y su trazado milimétrico.
Por supuesto en París no existe ni una sola medianera como las que ‘disfrutamos’ en Vigo. Allí los edificios son absolutamente uniformes, de la misma altura y construidos de igual manera.
Buscando en la Red el autor del típico diseño urbanístico parisino me encontré en la época de Napoleón III (París, 1808- Londres, 1873). Este presidió la II República Francesa y (curiosamente) pocos años más tarde se convirtió en Emperador de los Franceses y último monarca de su país. Hay que señalar que Napoleón III era sobrino del emperador Bonaparte.
Pues bien, Napoleón III quiso bajo su mandato cambiar la faz de París absolutamente. Para esa misión encargó al Prefecto del Sena Georges Eugene Haussmann que elaborara un plan para modernizar y sanear la capital francesa. Hasta ese momento abundaban en París las calles estrechas y angostas, con poca luz solar, un mal drenaje y por tanto sanitariamente deficientes. Los movimientos higienistas de la época habían denunciado el tema exigiendo que se hiciera algo al respecto.
Para llevar el plan a cabo Haussmann se rodeó de un gran equipo. Necesitaba a alguien que se encargara de la financiación de un plan que iba a ser muy costoso, y esa persona fue Victor de Persigny. El diseño de los parques correría a cargo de Jean Charles Alphand, mientras que Victor Baltard se ocupó del diseño de plazas y Jean Pierre Barillet se empleó en el trazado general del plan.
En 1852 se reguló un decreto de expropiación por causa de utilidad pública y también un conjunto de leyes para que Haussmann tuviera las manos libres.
Con este plan Napoleón III quería poder combatir las revueltas sociales, y para ello necesitaba un traslado fácil y rápido de tropas a cualquier zona de la ciudad. De ahí que las calles se diseñaran rectas y con gran anchura.
Jean Pierre Barillet, el encargado del trazado imaginó dos grandes ejes, norte-sur y este-oeste. Estas grandes (y anchas) vías servirían para dividir a la población según su clase social. Obviamente los menos pudientes dejarían el centro de la ciudad y serían desplazados al extrarradio.
Además el nuevo sistema de calles haría posible comunicar el centro con la periferia y las estaciones de ferrocarril, y se perfeccionaría con tres elipses concéntricas. La más amplia de estas elipses coincide con el trazado actual del Boulevard Periferique, equivalente a la M-30 madrileña.
Dentro del plan de modernización de la ciudad Haussmann había planificado la existencia de una serie de grandes parques y zonas verdes. Como ya hemos dicho el diseño de éstos corrió a cargo de Jean Charles A. Alphand. Ejemplos como el Bosque de Boulogne y el de Vincennes, y los jardines de los Campos Elíseos. Una novedad fue incluir arbolado en todas las avenidas y mobiliario urbano.
Y entre los grandes boulevares el plan incluyó la creación de grandes plazas, como la de La Estrella (hoy Charles De Gaulle), la plaza de la Concorde, la de la Opera, la Bastille o la del Trocadero, desde la cual hay magníficas vistas a la Torre Eiffel. Y para embellecer las calles y el conjunto se situaron monumentos al final de las avenidas, como puede ser el Palacio de la Opera.
No menos importante en el Plan Haussmann fue la arquitectura de los nuevos (y uniformados) edificios. Se decidieron por construcciones de 6 alturas, con el mismto tipo de piedra, igual forma de ventanas y con los tejados de cinc para todos ellos.
Por último hay que reseñar la mejora de los servicos públicos de la ciudad. De esta manera el alumbrado de las calles se hizo mediante gas y se organizó el transporte público quedando al cargo de una sola compañía.
Las prácticas personalistas de Haussmann le costaron el puesto en 1870, pero sus ideas permanecieron hasta el siglo XX.
Por cierto, Vigo contó con un diseño de ciudad parecido al de Haussmann en París, y fue el plan del arquitecto porriñés Antonio Palacios en 1919. La diferencia es que el plan de Haussmann se llevó a cabo y el de Palacios, no.