Pocos vigueses conocemos el interior de un barco pesquero, y el Alfageme podría ser una oportunidad para acercar la tradición del mar, la industria que forjó nuestra idiosincrasia a todos nosotros. Pero, Caballero tiene otros planes: durante 7 años solo permaneció almacenado en un astillero, y cercano el 8º año de mandato ha decidido que su mejor destino es encallarlo en una rotonda, convertirlo en objeto de disputa y división, y por supuesto transformarlo en elemento de culpabilidad para todos, menos para Él. Teniendo un Museo del Mar hagamos de él un elemento de riqueza para la ciudad, dotémoslo de contenidos atractivos entre todos, el Ayuntamiento el primero, y un buque pesquero es desde luego importante en esta ciudad.
Es su manera de actuar la de buscar enemigos, y en ello me recuerda a aquellos estudiantes que les suspenden (ellos nunca lo hacen) o a aquellos equipos que si pierden lo hacen por culpa del árbitro nunca por errores del equipo. Pues bien querido Abel a veces no hay que buscar culpables en desiertos lejanos, ni en poblaciones del Norte, ni siquiera en el resto de partidos políticos de la ciudad, porque igual el problema eres tú. Ignorar el Pleno de Vigo y sus acuerdos como hace el Alcalde no es democráticamente bueno, y en este tema habló y acoró por mayoría que se estudiase la posibilidad de trasladar el Alfageme al Museo del Mar. Parece que para Caballero, en minoría (11 de 27), la opinión de los representantes de los vigueses no importa, de facto lleva desde el mes de junio de 2007 ignorando constantemente acuerdos plenarios, y haciéndolo sucede lo que sucede: impone y se equivoca. Cuando la palabra de alguien vale para tan poco es fácil equivocarse; cuando Caballero busca la confrontación y con ella quiere convertirnos en una isla se equivoca; cuando no escucha se equivoca, y cuando impone también lo hace.
Vigo lo conformamos casi 300.000 personas, de diferentes rasgos, edades, profesiones, vocaciones, ideas, etc. lo digo porque pensar que UNO (ÉL) representa la voluntad de todos tiene una denominación: CAUDILLISMO. Yo no quiero caudillos, quiero gobernantes que solventen problemas no que los generen. Podrá hacer encallar el barco en la rotonda, pero lo que tiene claro mi querido alcalde es que no conseguirá encallar la voz de los que no opinamos como él, ni encallar la voluntad de cambio de quienes tenemos un sueño llamado Vigo, y en ese sueño Vigo crece, sale adelante y se sitúa en la posición que merece, y en ese sueño todos, como hemos hecho históricamente, remamos en la misma dirección porque sólo remando en el sentido del progreso, la colaboración, el liderazgo y la unidad lograremos alcanzar la orilla deseada.