Iba a decir que no sé cómo el artículo llegó a mis manos, pero en realidad no sé cómo llegó a mi pantalla, supongo que cosas del algoritmo.
El artículo en cuestión salió en un conocido diario deportivo madrileño, escrito por el periodista Abraham Martínez. Y su título era «El Celta, un equipo con ADN perdedor». En él se hablaba de una serie de partidos perdidos en la época de Fran Escribá, y el diagnóstico era que «el Celta no le gana a nadie porque el ADN de su plantilla responde al de un equipo perdedor». Era el 23 de diciembre de 2019.
Al acabar de leer la frase me quedé un rato pensando, y me pregunté: ¿se le podría considerar al equipo céltico como un equipo perdedor? Me pareció una aseveración un poco dura.
Antes de nada habría que saber qué se considera un equipo perdedor. En nuestra liga un equipo con fama de esta condición es, claramente, el At. de Madrid. Su fama le viene desde la final de Copa de Europa de 1974 contra el Bayern Munich. Iba ganando el Atlético con un gol de Luis, y cuando faltaban 40 segundos para que el arbitro pitase el final, el balón llega a poder del jugador más torpe de los alemanes, Schwarzenbeck, que desde casi 40 metros no se le ocurre otra cosa que tirar a la deseperada, y el balón entra junto al poste en la porteria de Reina. Empate a 1 al final del encuentro.
En el partido de desempate (entonces no había tanda de penaltys) el Bayern le endosó un 4-0 a los madrileños. Entonces fue cuando el presidente atlético Vicente Calderón dijo aquello de que «el Atlético era como El Pupas».
Esta leyenda se amplió cuando en la final de Lisboa en 2014 contra el R.Madrid, Ramos cabeceó el empate a 1 cuando corría el minuto 93 consiguiendo llegar a la prórroga. En el tiempo extra los blancos dejarían el resultado final en 4-1 a su favor.
Pero es que en 2016 se repite la misma final en Milán. Al final de la prórroga el empate a 1 preside el marcador y comienzan los penaltys. Al final de la tanda el equipo blanco se había hecho con la undécima «orejona», y los rojiblancos habían vuelto a perder…una vez más.
Después de todo esto se dice que el Atlético es el único club del mundo que «ha jugado tres finales de Champions y ha perdido cuatro veces».
En contraposición a los atleticos están sus vecinos los merengues, que tienen la imagen de equipo ganador, y de que en un partido trascendental no hay que darlo por muerto hasta que el árbitro pite el final. Esto se corrobora con las remontadas, en el último momento en el Bernabeu, de la 14ª Copa de Campeones ganada por los blancos hace dos años.
Pero en ambos casos estamos hablando de clubs que manejan enormes presupuestos, pudiendo incorporar a jugadores de gran calidad.
No es el caso del RC Celta. En esta temporada 2023-24 el presupuesto celeste, el más alto de su historia, fue de 101 millones de euros. Por contra, los ingresos estimados del R Madrid fueron de 939 millones de €.
De ahí que llamarle al RC Celta un equipo perdedor me parrece un exceso, cuando siempre se ha movido con presupuestos bajos, y además la gestión de sus directivas ha sido, en muchos casos, mejorable.
Lo que sí se le pudo llamar, en una época, al RC Celta era lo de equipo ascensor, ya que consumó nada menos que 11 ascensos (a 1ª División) en su historia, tantas veces como Málaga, Murcia y Deportivo.
En este momento el RC Celta, en la clasificación de temporadas en 1ª, ocupa el puesto 11º, empatado con el Real Zaragoza a 58, por lo cual en breve los vigueses adelantarán al club maño.
Por otra parte, en la temporada 24-25 el Celta contará con Claudio Giráldez en el banquillo, y suponemos que una plantilla «axeitada», por lo que nos atrevemos a pronosticar que pasaremos a ser un equipo (un poco más) ganador.
Pero no buscamos ganar ninguna Champions, con quedar en mitad de la tabla (y no sufrir) nos conformamos.