Como explicó al final del partido el jugador, las lágrimas se debían a la tensión acumulada durante los tres meses de lesión en que no pudo ayudar a sus compañeros, mientras veía como el equipo se iba hundiendo en la clasificación.
Al final de la temporada 2018-19 Iago se hacía por tercera vez consecutiva con el trofeo Zarra al mejor goleador nacional. Pero Aspas no se quedó en el RC Celta perdiendo dinero para ayudar al equipo a no descender, él quiere jugar en el club de su vida pero peleando al menos por entrar en las plazas europeas de la Liga.
Hace pocas fechas el recién fichado Denis Suárez confesaba que Iago estuvo llamándolo desde el final de temporada, para convencerlo de que volviera a su club de origen, para reunir ahora un Celta más canterano y de mayor calidad.
Entendemos desde esta tribuna que con el valencianista Santi Mina el jugador de Moaña siguió la misma táctica, para poder contar con otro compañero de ataque salido de los campos de A Madroa.
Está claro que el bueno de Iago, viendo el desastre de incorporaciones de la temporada pasada, cuyos responsables son, por este orden, los señores Mouriño y Miñambres, se puso manos a la obra y se dijo que eso no volvería a pasar.
Así que por tanto, don Iago Aspas, además de por gran goleador debería cobrar del RC Celta también como adjunto a la dirección deportiva.
Toda la afición celeste celebrará que al final de su vida deportiva Iago Aspas pueda ostentar el máximo cargo de la secretaría técnica del club. Con su demostrado amor por el club y su gran afición al fútbol el puesto le quedaría como un guante.