Muchas personas desconocen el verdadero sentido y la utilidad de las Zonas Francas, algo fundamental, entre otras cosas, para las empresas dedicadas a la importación y exportación, pero que también son de enorme importancia para el país y para la ciudad donde están ubicadas, por los beneficios que generan. Suelen estar ubicadas en localidades portuarias y en España hay siete: Santander, Sevilla, Las Palmas de Gran Canaria, Tenerife, Cádiz, Barcelona y Vigo.
Se trata de un espacio de libre comercio que funciona como si fuera económicamente independiente dentro del país, con un régimen arancelario independiente. Un espacio delimitado donde las mercancías que entran y que salen, y las actividades que allí se llevan a cabo, no están sujetas a los impuestos ordinarios ni a los aranceles aduaneros del resto del país, y donde los trámites aduaneros están simplificados.
El motivo de la existencia de la Zona Franca es el facilitar la operatividad a las empresas que utilizan su espacio y el favorecer la atracción de inversores extranjeros. Además, las mercancías depositadas en una Zona Franca pueden permanecer allí por tiempo ilimitado, sin estar sometidas a gravámenes y a medidas de política comercial, como un espacio independiente.
La Zona Franca de Vigo está ubicada en el área portuaria de Bouzas y dispone de varios parques empresariales: Polígono de Balaídos (dedicado al sector de la automoción), Área portuaria de Bouzas (Zona Franca comercial), Polígono Industrial de A Granxa, Parque Tecnológico y Logístico de Vigo (PTL), Parque Empresarial y Terciario Porto do Molle (para usos terciarios y de ocio). Además de esos parques están en desarrollo los correspondientes a la Plataforma Logístico-Industrial de Salvaterra-As Neves (Plisan); el Parque Empresarial de Comesaña-Matamá-Valadares, dedicado a empresas de alto valor añadido; y una ampliación del Parque Tecnológico y Logístico de Vigo (PTL).
Debe quedar claro que la Zona Franca de Vigo es uno de los pilares fundamentales para el desarrollo de la zona de Vigo y su área de influencia, junto con el Puerto y, evidentemente, con el propio Concello de la ciudad. Durante muchos años ha permanecido aislada del público, que siempre la ha visto como un extraño ente muy difícil de explicar. Sin embargo, en la actualidad, con David Regades al frente, la Zona Franca de Vigo ha dado un giro y aparece constantemente en los medios de comunicación demostrando una enorme transparencia. Además, colabora en el impulso de la ciudad en la que está asentada. En este sentido, una de las últimas adquisiciones de la Zona Franca es el gran complejo que albergó en su día el centro informático de la extinta y añorada Caja de Ahorros Municipal de Vigo, que luego fue transformada en Caixanova, después en Novacaixa Galicia y, finalmente, en Abanca. La Zona Franca de Vigo ha adquirido esas instalaciones para favorecer con ellas a la ciudad de Vigo, algo que es muy de agradecer en unos tiempos en los que la ciudad se está adaptando a los nuevos tiempos.