Me parece de recibo reconocer el trabajo de Enrique López Veiga al frente del Puerto de Vigo, con independencia del partido político al que pertenece. Atrás se han quedado las discrepancias con el Concello de la ciudad y con la Zona Franca y, de unos años a esta parte, la colaboración ha sido positiva.
La ciudad de Vigo está apoyada en tres pilares fundamentales: el propio Concello de la ciudad, la Zona Franca y el Puerto. Seguro que toda la ciudadanía viguesa coincide en que la sincronía entre esas tres partes es fundamental para el desarrollo de la ciudad y de su área de influencia, e incluso para el resto de Galicia. Por tal motivo destaco la labor de López Veiga, que, además, es una de las personas mejor preparadas de su partido en toda España y que ha dejado el listón muy alto en todos los puestos que ha ocupado, incluyendo su actividad en el Puerto de Vigo.
Lo que no me parece de recibo es que el gobierno gallego, presidido por Alberto Núñez Feijóo y con mayoría del Partido Popular, pueda plantearse un cambio de responsable del Puerto. En todo caso, si el Partido Popular realmente pretende lo mejor para la ciudad de Vigo y su entorno, e incluso, como ya he dicho, para toda Galicia, lo más correcto y acertado sería nombrar a una persona de similar nivel de preparación y con talante para mantener las relaciones con el resto de las partes que antes he comentado. Como vigués me sorprende que entre las personas candidatas se nombre a Corina Porro, cuya experiencia al frente del Puerto ha sido penosa y carece de preparación para el puesto. Sería una gran desgracia para la ciudad de Vigo que volviéramos a la mediocridad y a la confrontación por un mero interés político y por encima de la ciudad.
De optar por ese camino de enfrentamiento, barricada y obstrucción, el Partido Popular tendría mucho más difícil hacerse algún día con el gobierno de la ciudad de Vigo, en la que muchos militantes y simpatizantes de ese partido también votan a Abel Caballero. Si hablamos de lo mejor para Vigo y para todos, o bien debe mantenerse a López Veiga en su puesto o, en caso contrario, debe nombrarse a una persona realmente preparada y con capacidad de diálogo.