Podría escribir hoy sobre la manera en que nuestro alcalde Caballero se comporta con los trabajadores de Vitrasa, o también como la familia Mouriño dirige con poco acierto la parte deportiva de su empresa celeste. Pero no, creo que debo hacerlo sobre otro tema más importante, y es la etapa subdemocrática que el actual poder nos está regalando.
Cuando en una democracia el poder ejecutivo trata de copar con magistrados ‘amigos’ (y por tanto no independientes) todos los grandes tribunales de la nación, o cuando el poder legislativo comienza a organizar comisiones para revisar condenas de jueces que han aplicado la ley (lo conocido como ‘lawfare’), es que el andamiaje democrático de España comienza a tambalearse.
Y ahora, ¿qué es lo que sucede con la libertad de expresión? Si echamos un vistazo atrás sobre el tema veremos que en España esta libertad siempre tuvo bastantes problemas.
Así en los años treinta del siglo XX, durante la II República, vemos que el gobierno Azaña legisló la Ley de Defensa de la República de octubre de 1931, mediante la cual se amenazó a periodistas, se sancionó con multas económicas a órganos de la prensa no afines a su gobierno, cerró durante semanas y secuestró ejemplares de conocidas cabeceras periodísticas, llegando incluso a la detención y encarcelamiento de varios directores de diarios de aquella época. Esto a mucha gente le puede parecer una historia inventada. Vayan Vds a la Red y podrán comprobar que no suelo fabular sobre estos temas.
Después de la época republicana llegó la guerra civil y posteriormente la dictadura franquista. Es sabido que durante la misma existió la censura y muchos periodistas tuvieron numerosos problemas, y sufrieron importantes multas económicas con secuestro de ejemplares por firmar opiniones que al régimen no le gustaban.
Pero en 1978, superada la dictadura, los españoles decimos adiós a las confrontaciones entre vecinos y nos damos una nueva constitución que solucionaría los problemas pasados. El problema es que desde 1978 ya han pasado 45 años y da la sensación de que nuestra Carta Magna comienza a ser papel mojado.
Actualmente, a finales de 2023, ya se han detenido (y esposado) a dos profesionales de la información cuando intentaban informar para sus diarios. Así se ha podido leer una noticia de la agencia nacional Europa Press, del pasado 16 de noviembre, que rezaba: «El Mundo y El Español estudian demandar a la Policia (Nacional) por detención ilegal y denuncia falsa tras detener a dos periodistas en (la calle) Ferraz».
Efectivamente, en nuestra democracia española, hace unos días se ha detenido a dos periodistas por parte de la Policia Nacional, que estaban en la manifestación de la calle Ferraz haciendo su trabajo. Estos reporteros no pertenecen a medios radicales, sino que escriben para diarios como El Mundo o El Español.
En las últimas décadas (democráticas) en España no se detenía a los profesionales de la información, pero esta línea roja ya ha sido traspasada. Tras decir esto, ¿se puede colegir que en España hemos comenzado a palpar una deriva, en cierto modo, autoritaria en cuanto a la libertad de expresión?
Vds, queridos lectores, tienen la respuesta.