Pese a las críticas de sus detractores, y aun cuando quedan muchos frentes abiertos que deberían abordarse cuanto antes, el alcalde de Vigo, Abel Caballero, tiene en su haber dos logros significativos: ha conseguido que toda la población viguesa esté orgullosa de su ciudad, y ha conseguido, también, poner a Vigo en el mapa nacional e incluso en el internacional.
El controvertido estilo del regidor municipal para promocionar la ciudad ha hecho historia. Nadie lo había conseguido antes y hoy ya es un ejemplo a seguir para otras ciudades. Hace pocas décadas, lo único de Vigo que era conocido fuera de España era el Celta, porque nadie en el extranjero era capaz de localizar la ciudad en el mapa. De unos años a esta parte, el equipo de fútbol ha pasado a un segundo lugar, sin menosprecio de sus logros deportivos, y es la propia ciudad la que ha ocupado la posición prioritaria.
El esfuerzo municipal durante estos años ha sido muy grande y se han llevado a cabo importantes obras y mejoras urbanas. También es cierto que el entorno ha jugado a favor, puesto que, de unos años a esta parte, las Islas Cíes como destino turístico se están promocionando con gran esfuerzo por parte del Concello y con la ayuda de la Deputación de Pontevedra.
Mención aparte merece la Navidad de la ciudad de Vigo, que también se ha transformado en un referente gracias al alcalde Abel Caballero. El encendido y el apagado de las luces de Navidad ha traspasado las fronteras urbanas y se ha colado en los medios de comunicación españoles y en algunos internacionales. Es preciso reconocer que el mérito es enteramente suyo.
Por último, y en honor a la verdad, es preciso incidir en que todavía quedan pendientes algunas actuaciones importantes. Una de ellas es la remodelación de la Praza de España, una de las más céntricas de la urbe. Otra actuación urgente e importante es la entrada de la ciudad por la Avenida de Madrid que, aun cuando no depende del Concello, debe ser abordada cuanto antes; es preciso presionar al ministerio.
No debemos olvidar la remodelación y recuperación de la Panificadora, a la que, según el alcalde, falta muy poco para iniciarse las obras. Y también faltan algunas otras cosas, como el continuado mantenimiento de las obras realizadas: aceras, adoquinado, jardinería, iluminación… No obstante, todas las acciones llevadas a cabo en su conjunto merecen y cuentan con las alabanzas de toda la población viguesa y una gran parte de la foránea, que desearía tener un alcalde como Abel Caballero.