El regidor vigués no tendrá más remedio que darle al presidente de la Xunta de Galicia la Pass Vigo Non Grata Edition, para poder saciar el ansia de justicia de Vigo entero, que exige un castigo para Feijóo más duro que haberle dado la mayoría absoluta abrumadora a Caballero y ningunear a Elena Muñoz (¿a quién ha dicho?). La Xunta de Galicia odia a Vigo y solo la vigilia constante y recia defensa desde las almenas del Concello evitan que el Gobierno gallego se coma al menos un vecino al día.
Después de once años de alcalde nunca le habían pedido algo así. Y le habrán pedido de todo, desde un banco a pie de portal, escaleras mecánicas, fiestas, humanizaciones y hasta dos hostias para Feijóo, cuestión esta última que habrá descartado con cortesía y desde su profundo sentimiento de respeto por el rival. Así que, casi sin querer, la propuesta de declaración de persona non grata podría presentarse en un próximo Pleno y ser aprobada, no sin discusión, pero sin oposición. Feijóo será non grato en Vigo, un ejemplo de que con la ciudad no se juega y el primero de muchos otros que Caballero diga que ha ido escuchando por las calles de su ciudad. Tiembla Rajoy y todo el PP. Dónde la Justicia no llegue, llegarán las declaraciones institucionales del Concello. Que cunda el ejemplo y que todos los gobiernos y cámaras legislativas del país se ocupen de repartir títulos de agrado y desagrado, en unos momentos en que el resto de titulaciones universitarias están de capa caída. Es la satisfacción que nos reconocerá el alcalde.