Si leen Vds, aún hoy, los digitales del fútbol catalán podrán leer artículos referidos al desastre ocurrido el jueves pasado en el Camp Nou (antes Nou Camp). Sucedió que el FC Barça quedó apeado por el Eintracht de Francfort en la Liga Europa, que no deja de ser la segunda división europea del fútbol. Pero al desastre deportivo se unió algo mucho peor, y es que el club catalán y muchos de sus socios vendieron más de 30.000 abonos al equipo contrario con lo cual los alemanes jugaron como en su casa.
Se da la particularidad de que el equipo germano jugó con su tercera camiseta de color…¡blanco!, con lo que el coliseo barcelonista parecía la grada de animación del Bernabéu. Así que desde el jueves pasado los aficionados culés se están rasgando las vestiduras denunciando la vergüenza por la imagen lamentable y ridícula de su club dada en Europa.
Después del encuentro el entrenador azulgrana Xavi Hernández achacó el mal partido a tanta presencia alemana, pero incidió que aún perdiendo sabe que el camino marcado por él mismo es el bueno para el equipo. Aseveración muy celebrada por miles de aficionados merengues, por cierto.
Hoy el FCB, debido a la mala gestión de anteriores presidentes, es un club en quiebra técnica con una deuda de unos 1.400 M€ que tardará mucho en enjugar. El Barça de hoy está inmerso en una gran crisis financiera, deportiva e institucional, porque muchos aficionados ya discuten la gestión de la cúpula del club.
Hace no tantos años, coincidiendo con la época victoriosa de Guardiola, cuando contaba con jugadores como Messi, Iniesta, Xavi o Puyol, se desprendía del FCB, sus medios afines y de sus aficionados un sentimiento de profunda soberbia, creyéndose el “equipo elegido” por los dioses del fútbol. Pero sus grandes figuras se han ido retirando o saliendo del club, y hoy el equipo es una caricatura de aquél.
En aquella época de bonanza deportiva el FCB fue también el estandarte del nacionalismo catalán, ya que convirtió su estadio en el “Nuremberg” de los partidos separatistas, y así en el minuto 17 de cada partido muchos aficionados gritaban “IN DE PEN DEN CIA”. La comunión del club y los llamados “lazis” era total. Pero llegó el 1-O de 2017, día en el que los políticos ”indepes” demostraron que la existencia de la Republica Catalana era posible…durante 8 segundos, por lo que meses después algunos de ellos ingresaban en prisión por dar un pequeñito golpe de Estado.
Además de la decadencia del Barça, ésta también se refiere a Barcelona afectada de lleno por la deficiente gestión del radical-nacionalismo. En los años 70 la ciudad condal era la ciudad más abierta de España y donde se respiraban aires con una cierta libertad. Para aportar un detalle, en aquella época en la Universidad Central barcelonesa impartían sus conocimientos de literatura escritores como Vargas Llosa o Garcia Márquez. ¡Ahí es nada!
Esta decadencia barcelonesa afecta ya a toda Cataluña, ya que la mayoría de las inversiones extranjeras van destinadas a la ciudad…de Madrid, que ya está al nivel de las mejores capitales financieras de Europa.
Para finalizar un apunte que nos afecta a los gallegos. En plena dictadura los comerciantes de textil establecidos en Vigo querían importar telas de la ciudad de Manchester, mejores y a mejor precio que el textil catalán, pero no podían porque los industriales de Tarrasa/Sabadell tenían el mercado español cautivo, ya que el Gobierno franquista no daba licencias de importación. Así se hicieron las grandes fortunas del Noreste español.
Hoy, que ya vivimos en otra situación, apenas queda nada del textil catalán, y lo que queda trabaja la mayoría para un pedazo de empresa de un señor llamado Amancio de nombre y Ortega de apellido y radicada en Arteixo. No deja de ser un trazo de justicia poética que a veces no viene mal.