Quienes se animen a dar un paseo por la Rúa Elduayen, de Vigo, podrán contemplar las antiguas vías del tranvía que han quedado al descubierto como consecuencia de las obras del túnel que se está construyendo. Parece que fue ayer cuando el tranvía pasaba en dirección al Paseo de Alfonso XII o a la Porta do Sol, disminuyendo la velocidad al pasar por la curva pronunciada que está frente a la Rúa Sombrereiros y la bajada a la Rúa San Vicente.
Esas vías que se ven en la fotografía son auténtica historia de la ciudad de Vigo, una ciudad que en 1968 perdió una parte de su identidad y un interesante recurso turístico como consecuencia de la mala gestión de quienes entonces estaban al frente del Concello. Debieran haber conservado algunas líneas, pero hicieron tabla rasa con todo aquello para dar paso a unos autobuses que hoy ni siquiera son de capital español, algo que la mayoría de la ciudadanía viguesa desconoce, porque el verdadero propietario es un fondo extranjero de los llamados de capital riesgo que, a su vez, se hizo con la compañía Avanza.
Esas vías históricas salen ahora de nuevo a la luz cual fantasmas del pasado para avivar el recuerdo de quienes pudimos vivir aquella época, y para dolor de la conciencia de quienes propiciaron su desaparición, seguramente mediante el saludo egipcio.
En otras partes del mundo ya hubieran aprovechado las vías para venderlas en pequeñas “rebanadas” como recuerdo de la ciudad de Vigo, lo mismo que hicieron con las piedras que formaron parte del muro de Berlín.