El ascensor que comunica la rúa Menéndez Pelayo y la Avenida das Camelias se terminará llamando el ascensor de la vergüenza. Algo similar acabará ocurriendo con el que une Marqués de Valterra y Torrecedeira, parado desde el pasado 3 de octubre. Y todo apunta que el del parque Camilo José Cela va por el mismo camino.
Desde sus respectivas inauguraciones, especialmente en Camelias y Torrecedeira, han ido de avería en avería hasta estas últimas, que ya duran más de un mes. La falta de servicio obliga a subir y a bajar por otras calles próximas y cuya inclinación se suma a las incomodidades, sobre todo para las personas mayores, para las personas que tienen problemas de movilidad, y para numeras alumnas y alumnos de los colegios de las inmediaciones.
Un auténtico desastre que en el caso de Menéndez Pelayo con Camelias no parece tener mejor solución que el cambio del ascensor, cuyo coste ya fue muy elevado en su día, pero que ahora no se justifica porque no cumple su cometido. Es probable que no sea el único.
El Concello de Vigo debería asumir el protagonismo que le corresponde en el asunto y buscar una solución que resuelva la falta de servicio porque el descontento en el barrio es generalizado y va en aumento.