Desconozco si el números incendiarios en Galicia es de 2 o de 2.000, no sé si hay mafias con intereses en el apagado de incendios implicadas o si hay otras causas detrás de un problema tan grave.
Días atrás he paseado por algún bosque del Baixo Miño que hace dos años sufrió los rigores del fuego. Lo que se veía allí eran todo tipo de ramas secas dispersas por todo el monte y por los caminos de la zona.
Yo le diría al presidente de la comunidad de montes, al alcalde de aquel concello y al jefe provincial de Medio Rural que un monte lleno de leña seca es un bocado demasiado jugoso para cualquiera que pretenda prenderle fuego.
¿De verdad nos preocupa que nuestros montes se quemen?