Como Vds saben IA son las siglas de Inteligencia Artificial, de la que tanto se habla. Pero, ¿qué es la IA?
La Red nos dice: «La IA es una tecnología que permite a las máquinas realizar tareas que normalmente requieren inteligencia humana, como reconocer imágenes, entender el lenguaje o tomar decisiones. Lo que la hace especial es su capacidad de aprender y adaptarse a partir de datos y experiencias».
Y es que dentro de muy poco todo lo que hagamos será convertido en registros y éstos en metadatos, y por tanto información hackeable por algún indeseable, y sobre todo por el Poder.
Hoy en día una gran parte de la ciudadanía lleva en su muñeca relojes que sólo enseñan una pantalla negra, y que llevan una tecnología que se comunica con su terminal móvil, y manejan hasta parámetros médicos de la persona que lo lleva. Estos relojes «inteligentes» te miden «la variabilidad de la frecuencia cardíaca, la temperatura de la piel, los patrones de movimiento corporal y los cambios en la conductancia eléctrica de la piel debido a la sudoración, que refleja alteraciones en el sistema nervioso autónomo del cuerpo». Toda esa información íntima y personal es susceptible de que alguien que no debería se hiciera con ella.
Los ciudadanos viendo de qué va el tema creo que deberíamos tener una cierta prevención, pero como somos así de confiados nos ponemos estos relojes y vamos encantados con ellos. Parecemos ratones de laboratorio muy bien adiestrados.
Hoy también en las casas «domóticas» es posible manejar puertas, persianas o luces dándole una orden verbal a Alexa, todavía hoy eso produce una cierta admiración, pero ¿y si ese dispositivo de IA un día se volviera contra nosotros y nos encerrara en nuestro hogar, y por ejemplo, abriera todos los grifos de la casa, o en invierno bajara la Tª hasta dejarnos pajaritos? ¿Aún sería admirable? Quizá no tanto.
Todo esto de la rebelión de las máquinas de IA ya lo trató Isaac Asimov en sus libros de «Yo, robot», allá por los años 70. Asimov enunció además las tres leyes sobre los robots, que venían a decir que «ninguna máquina se podia rebelar contra un humano».
Estas situaciones me recuerdan también la película de Stanley Kubrick de 1968, «2001: Odisea del espacio» (2001: Space odissey). El guión fue escrito por el propio Kubrick y por el novelista Arthur C. Clarke, basándose en un cuento de éste último titulado «El centinela» publicado en 1948.
Como Vds. recordarán la película transcurre en la nave espacial Discovery, cuya computadora de a bordo es el modelo HAL 9000 dotada de IA, que se ocupa de todas las funciones vitales de la nave.
El argumento, resumiendo mucho, se basa en que el ordenador HAL ha detectado un fallo en la nave que en realidad no se produjo, por lo que los cuatro tripulantes deciden desconectar a HAL. El ordenador no ha podido oirles decir eso pero sí que ha leído sus labios y sabe que lo van a hacer. Su respuesta es intentar matar a los cuatro, con tres lo consigue pero con el cuarto no, y éste va invalidando módulos del ordenador, uno tras otro, hasta que lo desconecta.
En la película el ordenador HAL 9000 posee capacidades de reconocimiento de voz y facial, procesamiento de lenguaje, lectura de labios, apreciación del arte, interpretación de emociones y expresión de emociones y razonamiento.
Ahora al final del artículo se me ocurre una maldad: ¿y si los miembros de nuestros últimos gobiernos no fueran ya humanos, y sí algún tipo de robot dotado de IA? Creo que me he pasado, no es posible, no puede haber robots construidos de forma tan deficiente. Definitivamente son humanos.