¿Quién cree en ti? Esta es la pregunta que me hago desde hace ya dos años al ver que un buen amigo ha sido apartado de su vida en un suspiro; una declaración espontánea, casi superficial, inocente….que, en un primer momento no debió ni ser creíble, barrió de un plumazo toda una vida dedicada a la juventud, a la parroquia, a la educación y formación pastoral de cientos de jóvenes y animadores.
Digo que no debió ser creíble, dado que no hubo por parte de quien la recibió ningún tipo de actuación ni protección hacia las supuestas víctimas.
Un hombre excepcionalmente trabajador, riguroso, preocupado por el bienestar y el compromiso de todos los que le rodean; pastoralista cercano, carismático, siempre acompañado, querido, escuchado.
Y, un buen día, de forma repentina una declaración le aleja de su ser, del sentido de su vida.
No sé cómo ni por qué me ha faltado toda la compañía y la voz de aquellos que le admiraban y seguían; pero me ha faltado, no ahora que ha sido condenado; me ha faltado y le ha faltado desde el primer momento donde su persona fue difamada y su palabra vana porque no ha podido oírse. Monitores, catequistas, compañeros de trabajo, amigos… que unos días antes le acompañaban y admiraban profundamente, se comportaron como si de nada le conocieran, como si su honor, su palabra hubiese perdido toda credibilidad.
La familia religiosa que le encumbraba hacia un gran futuro y un proyecto, sin duda meteórico… un “mirlo blanco”, de repente le soltó al vacío, ya no saben de él, quién es y qué sueños le mueven. Es más, no hablan de él, sus fotos desaparecen y su firma, antes tan preciada, se oculta rápida y diligentemente. ¡Qué gran decepción! ¡Qué pobre familia!
Soledad, incredulidad, desatino…. ha sido esto desde un principio, pura confusión, mediática mentira.
¿Cómo es posible que incluso aquellos que te conocen por tu proceder, por tus actos, sentimientos, valores, desvelos, por tu praxis (como alguno dijo en un primer momento)… te nieguen? ¿Cómo pueden llegar a pensar que hayas podido cometer aquello de lo que se te acusa?
Es cierto que ser menor, mujer, homosexual, inmigrante, pobre, discapacitado, anciano… sitúa en grupo de riesgo, de rechazo y abuso por parte de muchos colectivos. Pero no es cierto que pertenecer a cualquiera de estas condiciones te otorgue una palabra implacable, incuestionable y lapidaria. Si esa palabra no se puede confrontar se convierte en un riesgo tremendo para los que, como yo, como mi amigo, somos educadores, pastoralistas y entregados a nuestra tarea de acompañar en su crecimiento y educación a aquellos con los que compartimos nuestras vidas.
¡Qué impotencia verte ofendido, cuestionado, silenciado, apartado, calumniado! Nunca me había planteado si creía o no en la justicia hasta ahora. ¡Creía, sí! hasta que he visto una noticia, una fotografía en todos los medios, un titular ofensivo que atenta contra la dignidad que tanto pedimos, una acusación que afirma antes que un juicio, que visibiliza públicamente la culpabilidad de un presunto inocente. No lo había visto jamás de una forma tan contundente, tan imprudente y amenazante. El juicio se hizo mediático previo a ser juzgado, la persona se pisotea antes de ser escuchada, respetada.
Muchos somos los que siempre hemos creído en tu inocencia, muchos no hemos dudado ni un minuto de tu persona que, como todas las personas, tiene un largo historial, y que en su caso, le avala y le honra; muchos han creído pero han sido callados; muchos no han sabido cómo hablar, dónde hacerlo. Pero, poco a poco, esas voces se van alzando, uniendo, entrelazando, rodeándote para intentar frenar el dolor, abrazándote desde la Fe que nos une.
Ojalá que algún día se sepa la auténtica verdad: el mal causado y el sufrimiento provocado es irreparable.
Ojalá cada uno revise su conducta, sus valores y proceder en esta situación tan inverosímil y, como sociedad, sepamos responder.
De momento, solo nos queda seguir acompañando, desde el amor que nos une, a nuestro amigo, querido amigo.
Firmado: Plataforma Justicia para Segundo
- Vigo: Sergio L.P, Elvira R.G, Sandra S.C
- Ourense: Malo A.D.
- Lugo: Álvaro M., Elisa L.H.A
- Coruña: Nathalie B.G , Stefano P.N