Pues al fin, el pasado día 30, se ha inaugurado el macro centro comercial Vialia situado sobre la estación de Vigo-Urzaiz. Ha sido el mayor proyecto constructivo en nuestra ciudad desde hace mucho tiempo. El diseño ha sido cosa del afamado arquitecto norteamericano Thom Mayne.
La obra se podría definir como un transatlántico varado junto a la AP-9 o como una catedral del consumismo del siglo XXI. Pero este macro edificio es mucho más que un inmenso centro comercial, ya que ha solucionado y nivelado el desnivel entre Vía Norte y la plaza de la estación del ferrocarril, zona caracterizada por «el muro de la estación». Pero además el centro ayuda a llenar la brecha entre esta parte alta de la ciudad y la parte baja de García Barbón gracias al ascensor futurista HALO, que complementa este gran proyecto y que se construirá próximamente.
Las obras por parte del gobierno municipal en la zona también servirán para que desde la calle Lepanto haya un acceso «normal» a la AP-9 sin que las furgonetas de gran tamaño queden bloqueadas en una trampa viaria que afortunadamente ya no existe. Pero ítem más, este gran proyecto contempla un intercambiado de transportes ya que la nueva estación de autobuses se está construyendo al lado del nuevo edificio. Esto será un gran salto cualitativo para Vigo en el tema de transportes y movilidad.
Pero volvamos al centro comercial. En él podemos apreciar que una parte del mismo está ocupada por una conocida marca de distribución alimentaria. Se trata de Alcampo, lo que nos da una pista sobre quién ha sido el inversor que ha puesto los más de 90 millones de euros que ha costado la obra. Estos fondos provienen de la empresa francesa Ceetrus, que es la división inmobiliaria de Auchan Holding.
Y aquí conviene que nos fijemos en este gran grupo empresarial que es Auchan Holding y que es propiedad de la familia Mulliez, propietaria de fábricas textiles y originaria del norte de Francia, concretamente de la ciudad de Roubaix, conocida ésta gracias a una popular prueba ciclista.
La historia comienza en esta ciudad francesa en 1961 cuando la familia Mulliez, propietaria de fábricas textiles, decide enviar a su hijo Gerard a Estados Unidos para que hiciera unos seminarios sobre las últimas tendencias en ventas y nuevas fórmulas comerciales. El joven Gerard ve, en el país norteamericano, los autoservicios de alimentación y cree que es algo que se puede copiar. Así ya de nuevo en Roubaix su padre le confía una nave abandonada en el distrito de Hauts-Champs y la transforma en un moderno supermercado de alimentación.
El nombre del establecimiento será Ochan, pero como no le termina de sonar bien y lo transforma en Auchan. Gerard comienza su aventura como empresario pero aquello no terminaba de cuajar, y su padre lo llama entonces a capítulo: «Gerard, hay un problema, no ganas dinero, tú veras lo que haces». Gerard entonces conoce a Marcel Fournier, fundador de Carrefour, que aconseja al joven empresario: «Es mejor vender 100 pastelitos con un centavo de margen que 10 pastelitos con 10 centavos de margen». Gerard entiende el mensaje y a los cinco años Auchan ya era un negocio de referencia. En 1967 decide abrir su primer hipermercado y diez años después comienza el proceso de internalización de su empresa abriendo su primer establecimiento en España, donde cambiará el nombre de Auchan por Alcampo.
Hoy la familia Mulliez controla además de las grandes superficies Alcampo (y supermercados Simply) la cadena de ferretería Leroy Merlin, la textil Kiabi y la de material deportivo Decathlon, entre otros negocios menores, gracias a lo cual esta familia francesa es una de las más ricas de Francia y de Europa. La familia Mulliez se define como cristiana y trabajadora y a los jóvenes Mulliez, si quieren trabajar en el negocio familiar se les hace comenzar por abajo para que se den cuenta que no se les va a regalar nada.
Hoy Gerard Mulliez cuenta con 88 años y vive sin grandes lujos pensando en reinvertir sus ganancias en sus negocios.