Esta es la recepción de un pequeño hotel en el casco histórico de la ciudad de Santiago de Compostela. Pero no hay nadie, como puede comprobarse. Se trata de un dispositivo automático, similar al cajero automático de un banco.
El cliente introduce una clave o su identificación y el aparato le indica el número de habitación, le facilita la llave y le franquea la puerta. Asimismo, a su derecha también pueden observarse unas cajas fuertes provistas de código que permiten al usuario poner sus pertenencias a buen recaudo.
Sin embargo, este novedoso sistema no es la consecuencia de las actuales medidas de confinamiento y protección contra el Covid19, porque la fotografía fue tomada unos meses antes de que apareciera el virus y comenzara su expansión.
Pero es muy probable que como consecuencia de la situación que estamos viviendo las infraestructuras turísticas experimenten cambios como el que ahora comentamos.