Hace pocas fechas estuve hojeando el «Manual de restauración de dunas costeras», editado por el antiguo Ministerio de Medio Ambiente, que hoy ya no sé cómo se llama.
En el citado manual se nos cuenta que «la importante función de las dunas sobre el modelado y configuración de la costa, influyendo éstas en el atractivo paisajístico y en la característica biodiversidad de la zona».
También nos dice el tratado que «las dunas representan las reservas de arena de las playas, y además regulan la hidrodinámica de los estuarios, marismas y lagunas litorales».
Y por supuesto, como no podía ser de otra forma, nos comenta la importancia del sistema dunar en la lucha contra el cambio climático.
Resumiendo mucho, el ministerio nos está diciendo que en nuestras playas es fundamental contar con buenas dunas por todos estos motivos (y alguno más que me dejo en el tintero), por lo que es preceptiva la regeneración dunar en nuestros arenales.
Después de hojear este librito me dispuse a buscar en la Red noticias sobre la regeneración de dunas en nuestra ría. Encontré una que rezaba : «La duna de O Vao crece casi dos metros de alto y once de ancho en diez años».
En la noticia se decía que «además del aumento del tamaño de estas dunas está también la subida de la riqueza medioambiental de esta playa viguesa». Este proceso de regeneración lo comenzó el Concello vigués en 2013 con la declaración de Espacio Natural de Interés Local. Finalizaba la nueva informándonos que «esta actuación era atendida, cuidada y financiada desde nuestro Concello».
Pero en la misma búsqueda también localicé otra primicia que decía : «Nigrán creará una microrreserva para salvaguardar la zona dunar de Playa América-Panxón en la zona de Lourido». Y también que «la medida es proteger la zona dunar y la creación de una microrreserva piloto».
Por otra parte creo que toda persona sensata se alegrará al leer este tipo de noticias viendo que la protección de la naturaleza en nuestras costas es cada vez más importante.
El problema es que al poco tiempo me topé con una noticia en nuestro diario www.vigoe.es que me causó profunda desazón. La misma nos decía: «Vigo transformará las piscinas de Samil en un gran parque acuático».
Reconozco que al leer estas líneas me entró una honda depresión. Es decir que los derechos a la regeneración medioambiental que poseen las playa de O Vao o Playa América se le niegan a nuestra playa insignia de Samil.
Nuestro estimado Alcalde está reconociendo a Samil (exclusivamente) el derecho que tiene esta playa a contar con el plástico y el PVC de los toboganes que hay en todo parque acuático. Entonces, ¿en qué quedamos? El arenal de Samil, destrozado por los alcaldes franquistas de los años 70 con un muro-paseo horroroso, sigue sin tener los derechos que tienen playas como O Vao que está solamente a unos cientos de metros.
En unas playas nos encanta promover la regeneración de las dunas y nos ponemos muy solemnes con que la naturaleza vuelva a envolver nuestras costas, pero, al mismo tiempo, hay un arenal al que condenamos previamente. La sostenibilidad medioambiental de la zona de Samil parece que no preocupa a nuestro Concello.
Quería decirle a nuestro Alcalde que la sugerencia del que suscribe para nuestra gran playa viguesa sería: retranquear (8 ó 10 metros) el paseo haciendo uno decente, eliminar las piscinas, pistas de basquet, de patinaje y de skate, reducir el tamaño de los aparcamientos a la vez que les dota de más arbolado, y comenzar un profundo proceso de regeneración natural como se está haciendo en playas vecinas.
Y para finalizar, los mercadillos se deben organizan en las plazas de la ciudad y no en los aledaños de la zona de Samil.
Por todo ello algunos vigueses no estamos dispuestos a admitir este apartheid con nuestra playa por excelencia, así que queremos que todos nuestros arenales tengan los mismos derechos. Creo que es algo de justicia.