Desde hace un año vengo recibiendo tratamiento oncológico en el Hopital Álvaro Cunqueiro de Vigo, debido a un cáncer de pulmón derivado de una radioterapia que recibí en el 12 de Octubre de Madrid, a consecuencia de un sarcoma de Ewing, que me detectaron en 1988. Como puede imaginar, y resumiendo, tengo un largo historial médico y una intensa lucha personal desde hace 34 años que empecé a padecer cáncer.
Necesito contar lo que según he podido observar, sucede en el servicio de oncología del Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo, donde hay tal acumulación de pacientes y una organización y gestión tan deficiente, que aún habiendo grandes profesionales que hacen lo imposible porque los pacientes recibamos una atención de calidad, acaban siendo, ellos y ellas, también víctimas de un sistema que los maltrata con una sobrecarga de trabajo que, como es comprensible, les agota y quema.
Yo he recorrido muchos hospitales en mi vida; pero lo que estoy viendo y sintiendo aquí, nunca antes. El momento actual es de desastre total, nos citan a quimioterapia y cuando no hay sitio suficiente, decenas de personas tienen que marcharse a sus hogares, algunos distantes, para volver otro día, cuando sabemos que son tratamientos siempre urgentes, además de largos y muy duros, que provocan que el paciente no duerma, no coma, no encuentre sosiego…. Desde que te diagnostican hasta que te dan tratamiento pasa demasiado tiempo; cuando desafortunadamente, en estas enfermedades, desde el primer día se llega tarde. Es también sobradamente conocido cómo funciona el servicio de urgencias, del que, con todos los demás ciudadanos, también dependemos nosotros los pacientes oncológicos. ¿La falta de humanidad; el desamparo, la dejadez, el genocidio?
Todo esto que estoy contando no solamente lo vivo yo. Lo vivimos cientos o miles de vigueses que tenemos la mala suerte, de estar en ese servicio de oncología del Chuvi, en manos del Sergas, donde he de reconocer que he visto otros servicios funcionar estupendamente.
He tenido la oportunidad de expresarle mi malestar, a quien lleva 22 años ocupando el cargo de jefatura del servicio al que me refiero, pues resulta que, sin yo saberlo, esta persona y mi oncólogo eran la misma. He conocido muy diversos tipos de doctoras y doctores a lo largo de mi vida, pero este sin duda destaca en falta de empatía y ética profesional, pues dirige un servicio que, a pesar de que reconoce que no funciona, también le parece imposible luchar por mejorar la situación, pues el sistema se impone. Y mientras, la gente se muere.
Me gustaría pedir consejo sobre cómo actuar, porque nos desacreditan diciendo que como estamos enfermos, estamos cabreados y nos tomamos los pronósticos mal; o cualquier cosa para excusarse. La situación actual, en la que los propios facultativos reconocen, no poder garantizar los mínimos de calidad en su atención a los pacientes, es insostenible. No sé dónde o a quién acudir y la situación es desesperada.
La ofensa y desamparo que siento son tales que por primera vez considero la eutanasia como opción antes de seguir luchando contra el cáncer desde este Complejo Hospiralario Universitario de Vigo, dependiente del Sergas.
Miguel Jiménez Morales
DNI: 36110213Y