En abril de 2020, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, decía en un post en el blog del organismo que la gran crisis que en todo el mundo se había desatado con motivo del coronavirus SARS-CoV-2, había que entenderla como una gran oportunidad. Hoy cobra más sentido, un año después de que se decretase en España y en la mayor parte de los países de Europa, un confinamiento sin precedentes para preservar la salud de la ciudadanía.
Hay un lado negativo evidente, la situación económica, los empleos perdidos, y, sobre todo, las vidas que se han quedado en el camino; o que se han visto afectadas, en diferente medida, por esta nueva enfermedad. Pero, sin duda, tenemos una serie de aspectos positivos que realmente han sido una oportunidad de evolución y en las que me quiero centrar:
Hospitales más humanos
Esta enfermedad no conoce de edad, ni de sexo. Afecta a la sociedad en general. No hay duda. El personal sanitario siempre ha sido empático; pero esta pandemia nos ha servido para recordarlo y reforzar ese sentimiento. Se han humanizado los hospitales. Existe una gran sensibilidad y empatía de todos los profesionales de Vithas que se han volcado en el bienestar de todos los pacientes y sus familiares con una gran sensibilidad.
En Vithas Vigo, por ejemplo, pusimos en marcha el proyecto experiencia paciente que engloba una serie de líneas de innovación en las modalidades de atención. Fuimos los primeros en ofrecer a los pacientes ingresados con Covid wifi y televisión gratis; creamos una biblioteca con libros donados por los propios trabajadores; les entregamos mandalas, cartas de sus familiares, mensajes de ánimo que nos la gente nos enviaba; celebramos con ellos sus cumpleaños; pusimos a su disposición gratuitamente periódicos y revistas; les entregamos cartas de felicitación al alta; y como en muchos sitios, les homenajeamos con el clásico pasillo que, afortunadamente, tantas veces vimos en la televisión. Toda una serie de iniciativas para tratar de paliar la soledad que suponía estar aislados y ante una enfermedad de la que nadie tenía certezas de cómo iba a evolucionar.
Debido al confinamiento de la población, y a la necesidad de dar una solución inédita a una situación claramente inusual y de cuya duración no teníamos certeza, desarrollamos modalidades no presenciales de asistencia. En Vithas Vigo pusimos en marcha, y, en vista de los buenos resultados mantenemos, la vídeo-consulta o tele-consulta en todas las especialidades; e incluso hemos desarrollado otras nuevas, como el proyecto de teleneuroRHB, o las tele-urgencias y vídeo-urgencias que vamos a empezar a ofrecer de manera inminente.
Nos hemos tenido que reinventar. Y nos hemos reinventado.
Para eso, hemos hecho un gran esfuerzo en Vithas para adquirir tecnología, reforzar nuestros equipos y personal, no sólo asistenciales, sino también de admisión; hemos potenciado nuestro laboratorio, donde hemos llegado a hacer más de 1.000 PCRs diarias, con una reforzada logística que nos permite recoger muestras y dar los resultados en 24 horas o menos.
Coordinación con el Sergas
Si, hubo y muy buena. Ejemplar, diría yo. Existió en todo momento un protocolo coordinado y, hoy está claro, que eso evitó la sobrecarga de los centros sanitarios, de los tres que hemos tenido –que tenemos- pacientes con covid, el Cunqueiro, Povisa y Vithas Vigo. Este protocolo nos permitió crecer o decrecer de forma equitativa y de acuerdo con los recursos con los que contábamos.
Disminución de enfermedades respiratorias
Es una consecuencia positiva que hemos visto este invierno que estamos a punto de despedir. Este año ha habido muy pocos casos de gripe común. Debido al uso mayoritario (casi unánime) de mascarilla y la distancia social ha habido menos cuadros respiratorios virales en la población adulta; y también entre los niños. El número de consultas de Pediatría por problemas respiratorios ha descendido considerablemente este invierno.
Gran compromiso de Vithas
Aunque es algo común a casi todos los hospitales y organizaciones sanitarias, yo puedo hablar de lo que he visto y vivido en primera persona. Durante la pandemia, los protocolos médicos y clínicos iban cambiando casi día a día; y eso ha hecho que los sanitarios y la organización sanitaria haya tenido que estar alerta de cada cambio en la normativa.
Esto supuso, también, un gran esfuerzo de todos los profesionales que además de tener que atender a sus pacientes, de informar a los familiares, tuvieron que modificar y adaptar casi día a día sus protocolos de trabajo. La formación y el intercambio de información, fue clave para poder hacer frente a cada paciente.
Sabor agridulce con la vacuna como esperanza próxima
En definitiva. Creo que todo el personal de Vithas Vigo y todos los trabajadores de los hospitales de Vigo que estamos enfrentándonos con esta pandemia, han sabido estar a la altura.
Tenemos una mezcla de sabores: puntos positivos, la coordinación entre la sanidad pública y la privada que ha sido impecable; hemos desarrollado nuevas funcionalidades tecnológicas y de innovación; y se ha visto la mayor empatía y sensibilidad que ha hecho los hospitales más cercanos y humanos.
Como decía al principio, hay muchos aspectos negativos, indudables, irremplazables, y esperemos que irrepetibles. Sin duda, las vidas perdidas; las dificultades que tuvieron los familiares para despedirse de sus seres queridos; el duro aislamiento unido a una indudable inquietud de todos y cada uno de los más de 20.000 vigueses que están pasando o han pasado esta enfermedad…
Las secuelas que muchos pacientes tienen meses después de haber pasado la enfermedad; la angustia que han vivido y siguen viviendo los profesionales de la sanidad viguesa por la alta incidencia que ha tenido en la asistencia sanitaria; la incertidumbre de la duración de esta circunstancia… muchos aspectos negativos y que esperemos que pronto podamos hablar de ellos en pasado.
La gran esperanza: que pronto la vacuna llegue al 70 por ciento de la población y poder cortar la transmisión del virus.