La rampa mecánica instalada en la Gran Vía de la ciudad de Vigo se está convirtiendo en un nuevo símbolo de la ciudad. En este sentido, conviene recordar y resaltar que hace muchos años la ciudad de Vigo carecía de elementos identificativos propios para el turismo.
Cuando llegaba alguna persona forastera y preguntaba por lo más característico, la respuesta siempre se concretaba en las playas, en las Islas Cíes y en los alrededores, todos ellos de belleza singular, sin embargo, el casco urbano no tenía atractivos dignos de resaltar. En realidad, sí existían atractivos, pero no se han sabido vender hasta ahora. La arquitectura es uno de ellos, con grandes arquitectos del pasado e incluso actuales, además de los impresionantes paisajes que pueden contemplarse de día y de noche desde la atalaya de O Castro y desde A Guía, y sin olvidar las playas y las Islas Cíes, y la belleza de poblaciones tan cercanas como Baiona y todas las de O Morrazo. Aunque lo cierto es que no existían rincones urbanos demasiado llamativos con los que la ciudadanía se sintiera identificada y orgullosa y pudiera vender ante los visitantes.
Durante las legislaturas en las que gobernó Manuel Soto, del PSOE, se instalaron en diferentes puntos de la urbe una serie de estatuas que consiguieron darle personalidad y que aún siguen constituyendo un enorme atractivo. Ahí están, por ejemplo, el Sireno, Los Rederos, El Nadador, El Salto, el monumento al Herrero, la estatua de Los Caballos, el monumento al Emigrante, la Porta do Atlántico, entre otras.
Con el Concello de la ciudad en manos del PSOE, de unos años a esta parte se han humanizado calles y plazas haciéndolas mucho más acogedoras para toda la ciudadanía, se han roto barreras arquitectónicas con la campaña de “Vigo vertical” instalando ascensores en diferentes zonas, se han abierto museos y salas de arte, se han pintado murales singulares en numerosas medianeras de toda la ciudad, se han inaugurado numerosos parques infantiles y también para los mayores…
Uno de los primeros recursos turísticos fue el famoso Dinoseto, que provocó una fuerte controversia en un principio, pero que ha terminado convirtiéndose en un símbolo indispensable con el que todo el mundo se fotografía, nativos y foráneos. Ahora acaba de inaugurarse la rampa con una estructura colorista y multicolor, y hasta los más críticos con esa obra reconocen que es mucho más atractiva en su interior, llena de vistosas plantas, con alguna fuente, con bancos y mesas dotadas de cargadores USB, con una enorme pantalla donde se proyectan imágenes de la ciudad y alrededores.
La rampa constituye un conjunto que está resultando un éxito indiscutible y que todo el mundo espera que continúe hasta la Praza de España e incluso en un futuro hasta la Praza de América, aunque la Xunta de Galicia, en manos del Partido Popular, se empeñe en poner todo tipo de trabas, porque lo único que están consiguiendo es que la ciudadanía de Vigo se agrupe en torno a la Corporación Municipal para conseguir avanzar de cara al futuro. Nadie duda que el equipo municipal actual, en manos del PSOE y con Abel Caballero al frente, ha conseguido darle la vuelta a la ciudad y promocionarla no sólo en España, sino en el mundo.