La Universidad Intercontinental de la Empresa (UIE) (la universidad privada de Abanca) ya es un proyecto en marcha y será una realidad en el curso 2022-23 en su campus coruñés y en el de Vigo (antigua Escuela de Negocios Caixanova).
El proyecto nace como «una universidad privada de servicio público, sin ánimo de lucro y comprometida con el desarrollo sostenible de la sociedad, de la cultura y de la economía gallega, abierta de par en par a la colaboración con el sistema universitario de Galicia».
En palabras de su rector, el doctor Miguel Ángel Escotet, «una universidad para la innovación, que permita una vigorosa capacidad de creación, investigación y cambio; una universidad para el ser humano, orientada al progreso científico-tecnológico, cultural y socioeconómico y encauzada al servicio de la persona y su hábitat».
El modelo académico de la UIE será el de enseñanza-aprendizaje que combina los sistemas de educación superior europeo (Bolonia) y anglosajón.
En esta universidad se pretende que «el estudiante desarrolle un pensamiento crítico y ético, todo ello con un sólido compromiso con la sostenibilidad y la responsabilidad social».
Las bases de este proyecto no puden sonar mejor y los objetivos no pueden ser más nobles. Pero, desgraciadamente, no podemos olvidar que Abanca es el grupo financiero de la familia Escotet, que gracias a nuestra casta política se hizo con la banca pública gallega (antiguas Caixanova y Caixa Galicia).
Estas dos empresas habían incorporado en origen las cajas de ahorros coruñesa, lucense y ferrolana por una parte y la viguesa, pontevedresa y orensana por otra. Las cajas de ahorros en España habían nacido por influencia de la Iglesia para que la gente no tuviera que caer en manos de la banca privada. Pues ahora todo ese ahorro gallego está en manos de un grupo financiero venezolano que sólo quiere sacar rendimiento a su inversión, de ahí que lo de que este proyecto nazca «sin ánimo de lucro» es cuando menos cuestionable.
Al mismo tiempo se ha producido, en otra punta del mundo, el nacimiento de una nueva universidad, y ha sido en la ciudad de Austin, en el estado de Tejas, USA.
Su nombre será The University of Austin y se debe a la idea de un grupo de académicos, profesores e intelectuales norteamericanos que aún creen en «la verdad, la objetividad y el debate sin líneas rojas».
En este centro académico se pretende formar al alumno huyendo de la opresión y la censura de lo politicamente correcto (y pensamiento progresista). Hoy en día, en la mayoría de las universidades USA, una buena parte de los alumnos ya no se atreven a dar su opinión sobre cualquier tema por miedo a quedar socialmente marcados.
De esta dictadura virtual es de la que se quiere librar esta nueva iniciativa tejana, para que haya jóvenes que puedan pensar libremente, y no tengan que seguir obligatoriamente las premisas de género, clima, animalista, indigenista, lenguaje inclusivo (y alguna más), que conforman el cuerpo ideológico de la nueva Dictadura del Proletariado, promovida por la izquierda mundial y organizada en el Grupo de Sao Paulo, que sustituye a la antigua Komintern o Internacional Comunista.
Quizá si surgieran otras iniciativas como ésta en el mundo podríamos volver a una universidad donde primara la ciencia y la razón y no el dogma sectario actual.
Estando próximos a la época de Navidad, en Austin ha tenido lugar un nacimiento de gran importancia en pro de la libertad de pensamiento. Bienvenido sea.