Me han reprochado con cariño el argumento triste y el tono apesadumbrado del artículo de la semana pasada. El avance del Covid-19 y las cifras que a él se refieren provocan pesadumbre a cualquiera. Europa, un muerto por coronavirus cada diecisiete segundos. ¿Qué quieren? Incluso yo me dejé llevar por esta lánguida época catastrófica que lo envuelve todo en un manto gris que nos roba cada vez más tiempo.
Pero caramba, borrón y cuenta nueva. “Vakuna Matata”, podríamos decir, adaptando a esta era Coronavirus el famosísimo aforismo africano “no hay problema”. Como cantaban en El Rey León, “Hakuna Matata, no importa sé feliz”. Cada vez son más las vacunas contra el virus y mayor su efectividad y garantías de conservación. Es posible que pronto alguna farmacéutica o proyecto de investigación, con las prisas por llenarse los bolsillos, supere el cien por cien de protección y genere respuesta inmune a largo plazo si no para siempre. Qué más da, el prospecto lo aguanta todo. ¿Efectos secundarios? Bueno, mientras no sean terciarios… El cretácico-terciario fue precisamente un período de extinciones masivas de especies hace aproximadamente 66 millones de años. Ahí lo dejo.
Pero hasta en los peores momentos, quedémonos con lo bueno, que luego me dicen cenizo. Rescatemos el argumento que se repetía al comienzo de la pandemia: “algo bueno sacaremos de todo esto”, o aquello de “saldremos más fuertes” dedicado, supongo, a quienes antes no iban al gimnasio por pereza pero ahora entrenan en casa y no se pierden un solo tutorial fitness por youtube. Es imprescindible que seamos positivos, como Fernando Simón, que en el fragor de la lucha contra la calamidad ha reconocido que esta Navidad no será como la de otros años, pero ello no significa que vaya a ser peor.
No siempre van a disfrutar los mismos, los negacionistas de la Navidad y quienes la aborrecen profundamente tienen su oportunidad o su venganza al fin. Así que, a pesar de que apenas el 36,8% de españoles estaría dispuesto a recibir las primeras dosis de la vacuna contra el coronavirus, un porcentaje muy alejado del umbral de la inmunidad de rebaño, “vakuna matata”, sean felices.