Con motivo de escribir mi segundo libro «25 empresas del Vigo de siempre», pude investigar un poco lo que se había publicado sobre el pasado industrial de nuestra ciudad, y me dí cuenta de lo poco que se había escrito al respecto.
No lo comprendí, y pensé que era difícil de entender que con las grandes empresas que se habían creado desde mediados del XIX y todo el siglo XX, en el sector del mar y también de otros sectores, toda esa información no estuviera registrada en numerosos libros que relataran nuestro gran pasado industrial.
A veces he comentado que Vigo es como una lancha rápida, que mira hacia delante para detectar cualquier obstáculo pero le cuesta hacerlo hacia atrás y ver la estela que vamos dejando.
Bueno pues a propósito de esto y pasando un día por delante de La Panificadora, se me ocurrió pensar que cuando se consiguiese remozar esa instalación se podría instalar allí un museo 2.0 sobre nuestro pasado industrial.
Sería fantástico que alli pudiéramos ver maquinaria como la que trabajaba en Alfageme, en Massó, en Curbera, o en Albo y también en Antonio Alonso con su marca Palacio de Oriente. Podríamos disfrutar de maquetas de la catedral de las conservas como era la planta de Massó que veiamos al otro lado de la ría. Era (y es) un magnífico edificio ideado por el arquitecto Jacobo Esténs con unos magnificos (e inmensos) ventanales, que dejaban entrar la luz natural para que las operarias manejaran el pescado sin necesidad de luz artificial. Sería muy reconforante comprobar la importancia que tenía la comarca de Vigo en aquella época respecto al procesado de los productos del mar.
Siguiendo en este mismo sector marítimo no podemos olvidarnos de la construcción naval y de nuestros astilleros. Habría un lugar en el museo que nos hablaría de Hijos de J. Barreras y de cuando allí fabricaban el Vapor «tipo Vigo» que tanto éxito tuvo.
Estos eran vapores de entre 12 y 20 metros de eslora que se construían en un pequeño varadero situado en la zona viguesa de Arenal, y donde se montaba el motor y la caldera que habían importado de Inglaterra. Se utilizaban para la pesca de la sardina con el arte del cerco y se construían más de 20 embarcaciones/año.
Este vapor «tipo Vigo» se vendió muy bien a empresas pesqueras gallegas pero también para en el resto de España. Pero es que cuando comenzó la «Gran Guerra» en 1914 Barreras tuvo pedidos de Francia y Reino Unido para adaptarlos como dragaminas. Pues toda esta valiosa información industrial se podría mostrar en el citado museo.
Para finalizar con el sector del mar la instalación museística tendría algún rincón para hablarnos de las plantas de estampación de hojalata para las empresas conserveras, y ahí tendriamos que citar a La Artistica o a La Metalúrgica, cuya fachada se conserva (?) junto al edificio vigués de la Seguridad Social.
Pero yo no me olvidaría de una grandísima empresa como era Motopesqueros de Altura Reunidos, conocida en Vigo como Casa Mar (hoy Palacio de Congresos Mar de Vigo) donde tantos vigueses pudieron trabajar allí.
Saliendo del sector del mar, me encantaría que en el museo se pudieran ver los recuerdos de cuando Vigo era plaza fundamental en las comunicaciones internacionales, con la sede viguesa de El Cable Inglés. En esto debo citar a José Ramón Cabanelas, con su gran libro «Via Vigo». El señor Cabanelas posee objetos de ese episodio de nuestra historia, y ya hace un tiempo solicitó públicamente un espacio para poder exponerlos. Qué mejor que en el museo vigués de la industria.
Pero no quiero olvidarme de un legado industrial que posee nuestro concello, y es el relativo a la empresa Manuel Alvarez e Hijos, S.A., y que hace unos años se mostró en una exposición en Casa das Artes. Hay que decir que el Grupo de Empresas Alvarez, fue a mediados del siglo pasado, tan importante a nivel de número de trabajadores, como lo puede ser hoy el grupo Stellantis (antigua Citroen Hispania) en Vigo.
Podría seguir con más empresas como Faro de Vigo, Tranvías Eléctricos de Vigo, Radio Vigo, los cines de Isaac Fraga, La Panificadora y muchas otras, pero creo que la idea ha quedado clara.
Ahora que ha salido la noticia en www.vigoe.es: «Vigo da un (pequeño) paso para desempolvar el proyecto de La Panificadora», creemos que éste seria un lugar ideal para el Museo vigués de la Industria.
En este momento dejamos el balón en el tejado de nuestro concello, confiamos en que lo jueguen adecuadamente.