Como vigués me siento muy preocupado porque la ciudad va perdiendo el protagonismo y el liderazgo que ostentaba en el pasado. Hasta hace años, Vigo podía presumir de ser la ciudad más industrial de Galicia, la que tenía el puerto pesquero más importante, la ciudad más pujante, la del mejor comercio de Galicia y una de las mejores de España. Pero ya no es así.
Las últimas noticias apuntan a una pérdida de protagonismo en relación con el puerto pesquero; la industria sigue siendo importante, por supuesto, pero la ciudad ya no es la más industrial de Galicia; el comercio va languideciendo y los locales vacíos se cuentan por docenas en todas las calles; el tren de alta velocidad no termina de llegar, digan lo que digan; el puerto de pasajeros va perdiendo terreno frente a otros como el de A Coruña o el de Leixões, en Oporto; el aeropuerto de Peinador no termina de despegar frente al de Santiago de Compostela, el de Sá Carneiro, en Oporto, o incluso el de Alvedro, en A Coruña.
La realidad es la que estamos comentamos y no caben subterfugios. Sea como fuere, las explicaciones políticas y la culpabilidad a los demás no solucionan una situación que, en mi opinión, es dramática. Vigo va perdiendo, como digo, el comercio, el puerto pesquero, el puerto de pasajeros, el aeropuerto, y se está convirtiendo en una ciudad de servicios, exclusivamente. Es preciso abordar con urgencia otros frentes además de los servicios.