Cuando termine el confinamiento la vida ya no volverá a ser igual. No sé el tiempo que durará el confinamiento ni tampoco el tiempo que durará la recuperación de la normalidad.
Lo que sí debemos tener claro es que durante mucho tiempo nuestras costumbres serán diferentes. Tendremos que tomar precauciones higiénicas para prevenir la propagación del Covid19, que permanecerá latente mientras no se descubra la vacuna correspondiente o un retroviral apropiado. Tendremos que evitar el contacto físico directo. Los saludos tendrán que respetar cierta distancia física. Los comercios, los supermercados, los bares y las discotecas no podrán llenarse como antes. Los deportes, sobre todo el fútbol, tendrán que arbitrar nuevas medidas para evitar que el público quede codo con codo.
Pero toda esa transformación de la que ahora hablamos también afectará a las manifestaciones de celebración o de repulsa. Esta fotografía, por ejemplo, corresponde a una de las manifestaciones de “Nunca máis”, cuando fue la crisis del Prestige, en la plaza del Concello de la ciudad de Vigo. Durante la crisis del Prestige, que dio lugar a una enorme catástrofe ecológica, el Partido Popular demostró una gran incapacidad y una nefasta gestión de la situación.
El PP intentó llenar de mentiras los canales de información, unas mentiras que luego se desmentían desde otros países y se demostraba que nos estaban engañando. Ahora es buen momento de recordar todo aquello para que el primer partido de la oposición, el Partido Popular, haga una cura de humildad y cierre la boca, porque frente a esta crisis mundial del Covid19 no lo haría mucho mejor de lo que está haciendo el Gobierno actual de España, en manos del Partido Socialista.