Hoy, 21 de septiembre, el mundo conmemora el Día Mundial del Alzheimer, una fecha clave para dar visibilidad a una enfermedad que afecta a millones de personas y se perfila como uno de los mayores desafíos de salud pública del siglo XXI.
Con el envejecimiento progresivo de la población, el Alzheimer se ha convertido en una prioridad sanitaria global, y asociaciones como la AFAGA desempeñan un papel fundamental en el apoyo a los afectados y sus familias. Tal como señala su presidente, Juan Carlos Rodríguez Bernárdez, «en estos 30 años lo que más ha evolucionado ha sido la visibilidad y la información sobre la enfermedad».
Tres décadas de compromiso y esperanza
Desde su creación en 1994, la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer y otras demencias de Galicia (AFAGA) ha trabajado incansablemente para mejorar la calidad de vida de las personas afectadas por esta enfermedad neurodegenerativa y de sus cuidadores. Durante estas tres décadas, ha sido pionera en Galicia, brindando atención integral que abarca desde el apoyo psicológico y social hasta la estimulación cognitiva y la fisioterapia. “Antes llegaban pacientes con graves deterioros debido a diagnósticos tardíos, y la información sanitaria y social era muy limitada”, recuerda Rodríguez Bernárdez, subrayando la importancia del trabajo realizado para visibilizar el Alzheimer.
Además de su labor directa con los pacientes, AFAGA ha puesto el foco en el apoyo a los familiares y, a menudo los principales cuidadores. «Trabajamos para que el entorno del paciente también esté cuidado y reciba el apoyo necesario», explica su presidente. Este enfoque es clave para enfrentar la enfermedad, no solo desde el punto de vista médico, sino también emocional y social.
La importancia de la detección temprana
Una de las grandes batallas en la lucha contra el Alzheimer es la detección temprana. «Aproximadamente un 10% de las personas mayores de 65 años sufre algún tipo de deterioro cognitivo», explica Rodríguez Bernárdez, haciendo hincapié en la necesidad de estar alerta ante los primeros síntomas. La intervención precoz permite mejorar significativamente la calidad de vida del paciente y su entorno, reduciendo el impacto de la enfermedad en su día a día. El reto, sin embargo, sigue siendo identificar el Alzheimer en fases iniciales, algo que aún presenta dificultades tanto a nivel sanitario como social.
Tratamientos farmacológicos y no farmacológicos
Aunque en los últimos años se han registrado avances en tratamientos farmacológicos para las fases iniciales del Alzheimer, Rodríguez Bernárdez insiste en que es igual de crucial apostar por las terapias no farmacológicas. «Estimulación cognitiva, funcionalidad, control de problemas conductuales… son herramientas que mejoran la vida emocional y relacional de los pacientes», señala. Estas técnicas, ampliamente implementadas por AFAGA, buscan no solo frenar el progreso de la enfermedad, sino también optimizar el bienestar general de los pacientes y sus familias.
AFAGA lidera en Galicia el desarrollo de estas terapias complementarias, que han demostrado ser eficaces en la gestión de la enfermedad. Rodríguez Bernárdez recalca: «En AFAGA no solo buscamos cuidar al paciente, sino también a su entorno». Esta visión integral es lo que diferencia a la asociación, que se ha convertido en un referente en la atención y apoyo a quienes sufren esta enfermedad y a sus seres queridos.
Un futuro esperanzador
El Día Mundial del Alzheimer no es solo una jornada para recordar a quienes viven con esta enfermedad, sino una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de seguir avanzando en su comprensión, investigación y tratamiento. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 55 millones de personas padecen demencia en el mundo, siendo el Alzheimer la forma más común. En este contexto, la labor de asociaciones como AFAGA resulta indispensable para sensibilizar a la sociedad y unir esfuerzos en la lucha contra lo que muchos llaman la «epidemia del siglo XXI».
A medida que la conciencia sobre el Alzheimer crece, también lo hace la necesidad de fomentar la investigación y el apoyo institucional para mejorar tanto la detección como el tratamiento. «La edad es un factor de riesgo, pero tenemos que estar alerta ante los posibles síntomas en cualquier fase de la vida», advierte Rodríguez Bernárdez, recordando que esta enfermedad no discrimina y que solo en conjunto podremos enfrentarla de manera eficaz.