Hace más de 10 años que se practica aeroyoga en Vigo. Se trata del estilo más “lúdico” de la disciplina y su éxito reside en combinar el yoga tradicional con algunas técnicas del circo aéreo: quienes la practican se valen de una suerte de hamaca que permite hacer las posturas en diferentes alturas.
“A muchas personas les impone un poco al principio, pero poco a poco van perdiendo el miedo cuando lo prueban ven que son capaces de conseguirlo”, explica Maite Posada-Curros, precursora de la disciplina en Vigo.
El tejido con el que se trabaja, pese a notarse en la piel con una textura similar a la de la lycra, está hecha con materiales parecidos a los que se utilizan para tejer tela militar y puede sostener más de 300 kilos sin sufrir. Estas bandas se amarran al techo con unos ganchos que soportan más de 2.000 kilos, lo que permite el peso de los cambios de posición e incluso de botes en su interior.
El lugar más longevo de Vigo
Los aprendices de Maite no tardan en ganar confianza y perder el miedo inicial, por eso la profesora defiende sus beneficios, tanto para subir la autoestima como para trabajar las fobias, ella misma trabaja la suya: el vértigo. Con éxito.
Las posturas que se practican son similares a las que se ejecutan en la vertiente tradicional de la disciplina, pero a pesar de lo que pueda parecer a quienes no estén versados, las telas son una ayuda gracias a la cual se pueden conseguir posturas invertidas con poca experiencia. Para esto el yoga tradicional es más exigente: “Para hacer un pino necesitas conocimiento y práctica para colocar las manos y las muñecas y también saber mantener el equilibrio, sin embargo el aeroyoga te permite conseguirlo prácticamente sin experiencia”.
La profesora de Yoga Caledonia (Torrecedeira, 26) pionera del yoga aéreo en Vigo. Lo conoció en Escocia durante un viaje en el que se estaba formando en otro estilo de la disciplina. Hoy es uno de los principales atractivos de su centro: “Mucha gente que en principio no está predispuesta a practicar yoga por el componente espiritual al que se le asocia viene a probar el aeroyoga porque es mucho más vistoso y divertido con este método antigravedad”.
Fotos: Sonia Daponte
Beneficios físicos del aeroyoga
Con el aeroyoga se trabajan las mismas partes del cerebro que con el yoga tradicional, por lo que sus beneficios físicos y mentales son parecidos: mejora la flexibilidad, la orientación espacial, la coordinación, el equilibrio y trabaja todas las zonas musculares del cuerpo al practicarlo en el aire.
Está especialmente indicado para personas que padecen problemas de la espalda porque logra la apertura del espacio intervertebral. “Gente que llega cojeando porque, por ejemplo, tiene pinzado el nervio de la ciática, sale caminando. También favorece el bienestar de quienes sufren dolencias en las articulaciones”, explica Maite: “Prácticamente todo el mundo puede practicar aeroyoga, salvo las personas con glaucoma o con problemas cardiovasculares muy graves”.
Desde bomberos a problemas de obesidad
Asegura que a Yoga Caledonia han acudido desde bomberos en plena forma para mejorar la flexibilidad hasta personas con problemas importantes de obesidad y pacientes en tratamiento de rehabilitación a los que la práctica ha favorecido su recuperación. El aeroyoga es, según Maite, apto para cualquiera que lo quiera practicar porque no exige sobreesfuerzos.
También beneficia a las personas aquejadas de ansiedad, depresión y estrés porque al “tratarse de una práctica tan lúdica es muy difícil no conseguir evadirse del mundo durante un rato”.
Ejercicios con menos esfuerzo
La técnica es especialmente favorable para la descompresión de las articulaciones y ofrece elasticidad, ayuda como pocas actividades ganar un mayor tono dorsal y abdominal que con otros ejercicios con menos esfuerzo.
El éxito del yoga en la actualidad crece dado el exigente estilo de vida contemporáneo y esta técnica llega a un elevado porcentaje de los amantes de las asanas, pero también a los que a priori parecen poco interesados en ellas: “Non queres probar a voar?” pregunta una de sus adeptas.