Este 21 de enero se celebra el Día Internacional del Abrazo. Una fecha creada por el psicólogo estadounidense Kevin Zaborney ante la preocupación de las escasas muestras de afecto que realiza la gente en público —incluso entre miembros de familia—. Tras meditarlo se le ocurrió la idea de crear una festividad que brindara la excusa de hacer algo que a la mayoría nos complace, pero que a veces cuesta demasiado: dar y recibir abrazos.
Si a Zaborney le preocupaba la falta de contacto físico ya en el año 1986, hoy día es alarmante. Las muestras de afecto están en peligro de extinción. Sobre todo, entre los más jóvenes. Además de las creencias limitantes donde se siente miedo al contacto físico; el avance de las tecnologías y sus fríos contactos a través de las pantallas, sumado al aislamiento social de la última pandemia por Covid, ha provocado un cambio de paradigma en las relaciones personales e interpersonales. Hoy día para dar un abrazo parece que hay que preguntar antes y asegurarse de que la persona lo tolere, pues por desgracia en estos tiempos puede resultar mal interpretado, invasivo y violento.
No obstante, es importante citar que, además de resultar confortantes, cálidos y en ocasiones hacernos palpitar el corazón, los abrazos aportan muchos beneficios para nuestra salud —tanto física como psicológica—. Cuando se coge en brazos a un bebé que está llorando, este termina calmándose por sentirse seguro y confiado. Así mismo ocurre cuando somo adultos; el bienestar que nos proporciona un achuchón —sobre todo en los momentos difíciles— hace que nos brinde apoyo, valentía, confianza, seguridad en uno mismo y motivación para enfrentar los retos y seguir adelante.
Cada abrazo nos ayuda a centrarnos y mantenernos felices. Se trata del alimento afectivo que nutre nuestro cerebro de dopamina y serotonina. Vitaminas para nuestra salud mental, pero también física, pues se ha demostrado que las personas que reciben abrazos de manera frecuente gozan de una mejor presión arterial que las que no los reciben.
Un abrazo no solo trae beneficios para nuestra mente y cuerpo, también es la medicina que cura el alma. Para celebrar el Día Internacional del Abrazo, la única forma es perder el miedo y regalar abrazos sinceros a tus seres queridos, amigos e incluso conocidos. Por suerte las palabras también abrazan así que, si no puedes tender tus brazos físicamente a alguien por encontrarse lejos o por no estar preparado, envía un mensaje de cariño a los que tu corazón te indique y alimenta los vínculos afectivos para que no se enfríen y se acaben disolviendo.