Empecé a estudiar Kinesiología una semana después de mi primera consulta para tratarme el asma, allá por el año 1993. Tal fue mi sorpresa al entender la relación entre aquella dolencia, mis emociones y pensamientos, el uso que hacía de mi energía cada día, que decidí formarme en aquella disciplina casi tan desconocida entonces en España como hoy. Encontré una manera de entenderme a mí misma para poder entender y ayudar a otros. Y eso fue un bálsamo mágico.
Mi única pretensión es intentar acompañar a las personas para que recuperen el contacto con su voz interior, aquella que se les ha ido perdiendo a lo largo del tiempo. Y que puedan reencontrar el sentido de sus vidas. Porque eso es lo que me ha movido desde que era muy pequeña. Cuando escuchaba que se había muerto alguien y, lo conociera o no, me ponía a llorar y le preguntaba a mi madre: «¿Y crees que habrá hecho lo que tenía que hacer?». Porque yo sentía que no. Y mi madre no entendía nada de aquello, lo único que quería era que yo no arrastrara esa tristeza y siempre me repetía que no me preocupara de eso. Que no eran «cosas» para niños. Pero esas «cosas» nunca dejaron de preocuparme y es lo que me mueve cada vez que tengo delante a alguien que viene a tratar de que le ayude.
La oportunidad de escribir en este espacio sobre diferentes temas relacionados con el ser humano es una ventana para llegar a cualquiera interesado en comprender cómo vive, cómo funcionan su mente, su cuerpo, sus emociones… su ser. Cómo fluye su energía en las situaciones que se le presentan en el camino y cómo puede encontrar algunas soluciones para que mejore su salud y su existencia a todos los niveles.
Los artículos que escriba no pretenden ser un dogma en ningún sentido. Simplemente nacen con la intención de ser una pequeña aportación, una forma de que quien los lea pueda cuestionarse y recoger aquello que resuene con su propia realidad. Para ver mas sobre sí mismo y el mundo. Desde su propio punto de vista.
La vida es una aventura y un viaje apasionantes donde cada uno es protagonista.
Gracias por estar ahí