Habría que citar, por supuesto, a las relaciones en línea. Buscar Pareja parece hoy más fácil que nunca con webs como Wuopo, que ayudan a conocer gente en tu ciudad. Solteros, por supuesto. Las ventajas son evidentes, porque es más probable conocer detalles del otro antes siquiera de iniciar la conversación, porque ambos se abren más al no salir de su zona de confort. Es más fácil marcar los límites. En cambio, se corre más el riesgo de engaño.
Sea como sea la pareja, existen unas claves fundamentales para que funcione como es debido. Así lo señala la web de psicólogos especialistas Psicología y Mente, en cuyos consejos nos basamos.
Libertad para cada uno
Una relación sana se construye desde la firme convicción de que el otro no te pertenece. Por mucho que se tenga un proyecto común, no te debe explicaciones constantes ni está sujeto a ningún contrato, podrá irse cuando entienda que la relación debe tocar a su fin. En definitiva, derecho a decidir qué hacer con su vida.
Así pues, ojo con invadir el espacio privado de cada cual, la intimidad. Una norma que, por supuesto, debe tener también su extensión en el plano sexual, donde es posible que uno se sienta incómodo con aquello que al otro le gusta. No tiene nada que ver con disfunciones que habría que tratar para que aumente el desempeño sexual con tu pareja, como el suplemento 100% natural testo ultra suplemento. Se trata, decíamos, de poder decidir.
Una comunicación fluida
Lo de leer las cartas por teléfono, la videncia telefónica tradicional que hoy se encuentra a través de webs como cartomancia, es el método que muchos utilizan para encontrar respuestas en el amor, conseguir que merme su incertidumbre. Pero, al margen del método complementario que utilice cada cual está claro que la comunicación debe ser siempre fluida.
Es a través del diálogo constante como se construye un proyecto de vida sólido, en el que las negociaciones informales terminan en acuerdos y también, claro, en cesiones.
Psicología y Mente da unas pautas para que la comunicación funciones: discutir por cada tema solo una vez, hablar de los sentimientos sin acusar, evitar generalizar, usar un tono amable (lo que implica no discutir cuando el nivel de enfado es alto), ser concreto a la hora de pedir algo, no reprochar, terminar una crítica con algo positivo y optar por la comunicación asertiva, es decir, expresarse de una manera firme y segura, pero no agresiva.
Saber entender otro punto de vista
Es habitual que cada persona vea las cosas de un modo distinto, y eso no siempre significa que el otro no lleva razón. Si nunca se está dispuesto a cambiar de punto de vista, o al menos a entender que puede existir otro, no se llegará a un acuerdo y el diálogo fracasará.
Puede que ni siquiera se trate de ceder, sino de llegar a un punto intermedio. Como explica la web, si para uno el mundo es amarillo y para el otro es azul, habrá que empezar a verlo en verde.
Tiempo juntos, calidad mejor que cantidad
Esta máxima se debería aplicar no solo a la pareja, sino a los familiares y amigos. No se trata de estar por estar, para que el otro esté conforme. Se trata de entregarse sin cortapisas, porque nace y no porque sea un compromiso.
Eso es difícil cuando, en la sociedad actual, las personas viven enfrascadas en un ajetreado estilo de vida, más aún si se tiene hijos. Debe haber tiempo para sentarse a ver una serie, para hacer una escapada de fin de semana o para poder disfrutar de una cena romántica a solas.
No dejar de cuidar la relación
En las fases más pasionales del amor, se siente la necesidad de gritar a los cuatro vientos cuánto se está de enamorado, más aún a la otra persona. Los cumplidos, los detalles, la necesidad de contactar a todas horas… Todo va decayendo con el tiempo, hasta que, cuando nos queremos dar cuenta, ha desaparecido.
Hay que asumir que el amor pasa por diferentes etapas y no se puede vivir en la nostalgia, pero también que es que una planta que hay que regar para no dejar que muera. Los detalles importan.
Empezar el cambio por uno mismo
Es inevitable que haya ciertos hábitos de la otra persona que se desean cambiar, pero para que eso ocurra debe ser una de dos: que lo haga porque es su deseo o porque ha cambiado su entorno. Ello implica que, si se desea que la pareja cambie algo, habrá que empezar por uno mismo.
Una de las claves fundamentales está en el lenguaje que se emplea, que también puede variar. No es lo mismo reprochar que pase poco tiempo con la pareja, que agradecerle con gestos de cariño una velada romántica o una tarde en su compañía. Hay un viejo dicho que muestra de manera gráfica a qué nos referimos: “Más moscas se cogen con miel que con hiel”.
Respeto y confianza, pilares
Respeto es consideración, es deferencia hacia el otro. Confianza es esperanza firme en alguien o en algo. En una pareja y en la relación que existe entre ambos miembros. Sin ambos conceptos, es imposible mantener una relación de pareja sana.
Por lo tanto, habría que excluir los enfermizos celos, los insultos y otras graves faltas de respeto o, a no ser que se hayan acordado otros términos, las infidelidades. Es muy difícil, y en algunos casos imposible, recuperar una relación que se ha deteriorando por este y otros factores, y es probable que, de mantenerla, sea tóxica y haga daño a los implicados.