Parece que cuando un padre o madre comunica que su hijo ha sido diagnosticado de altas capacidades, le ha tocado la lotería; sin embargo, se trata de todo lo contrario. Un niño con altas capacidades se encuentra en una posición exclusiva en comparación al conjunto de su misma edad. Esto hace que sea incomprendido y se enfrente a múltiples desafíos y dificultades. Muchos de estos derivan de la disincronía o la falta de concordancia entre su edad cronológica y su desarrollo a nivel intelectual, emocional y social.
Es muy importante conocer este síndrome para comprender que el desarrollo de estos niños se ejecuta de manera dispar; es decir, en ellos conviven diferentes edades: la cronológica, la motora, la intelectual, la afectiva, la social… El hecho de que no se desarrollen al mismo ritmo en todas estas áreas, genera un desequilibrio. Por muy maduro que parezca el niño, debido a sus intereses o a las preguntas que realiza, no se puede asumir que posea esa misma madurez en otros ámbitos. Si esto no se tiene en cuenta, puede dar lugar a complicaciones tanto por parte del pequeño como el de los progenitores o educadores.
Adentrándonos más en este fenómeno de la disincronía, cabe mencionar que existen dos tipos principales: la que ahonda en su interior y la que comparte socialmente.
Disincronía interna
Los niños con altas capacidades presentan un desarrollo a nivel cognitivo más avanzado del que se espera a su edad. Sin embargo, también puede aparecer un desequilibrio entre las áreas intelectual y motriz. Puede observarse, por ejemplo, en niños que leen con gran fluidez, pero no son capaces de escribir con la misma facilidad. Y es que su evolución motora es más lenta en comparación con la agilidad mental.
Los niños con altas capacidades poseen muy buen razonamiento abstracto desde edades tempranas, y pueden comprender conceptos con rapidez y facilidad. Sin embargo, el lenguaje no siempre se desarrolla al mismo ritmo y esto hace que no sean capaces de expresar y verbalizar con la misma destreza que comprenden y razonan. Esto puede dificultarles a la hora de compartir sus ideaso emocionesyhasta afectar al rendimiento escolar. Consiguen tener un vocabulario muy amplio a temprana edad, pero si existe una disincronía entre el razonamiento y el lenguaje, puede darse este tipo de impedimentos.
El área afectiva es una de las más importantes y menos atendidas. Y es que con frecuencia caemos en el error de asumir que, como el niño tiene altas capacidades, también es emocionalmente maduro. Llegamos a tratarlo como si fuera un adulto en miniatura y lo único que le generamos es angustia y baja autoestima. Que un niño tenga altas capacidades no significa que sea maduro. Al contrario, sigue siendo un niño y, como tal, necesita referentes y sentirse protegido.
Disincronía social
En el ámbito escolar pueden darse dificultades debido al desequilibrio entre lo que el centro educativo ofrece y lo que el menor necesita. Con frecuencia, se encuentran desmotivados y con falta de interés. La ausencia de esfuerzo hace que terminen en fracaso escolar. Algo similar ocurre en la familia. No todos los progenitores pueden o están preparados para responder a las demandas de sus hijos dotados de altas capacidades.
Por último, pese a que estos niños suelen ser sociables, es común que encuentren ciertas dificultades a la hora de relacionarse por no compartir intereses ni perspectivas con los niños de su misma edad. Por ello, muchos de estos niños sufren estrés o aislamiento. Es muy normal ver a niñas de altas capacidades solas en el patio del colegio, o niños adoptando un rol de liderazgo con comportamientos exagerados en clase para intentar integrarse entre sus compañeros.
El mundo interno de estos niños es complejo, por eso es imprescindible inculcar hábitos de estudio y ofrecer apoyo en el hogar y en el colegio. Aunque no muchos padres y educadores tienen las cualidades y herramientas adecuadas para tratarlos. Por eso, la ayuda psicológica a veces es necesaria, especialmente el trabajar la gestión de las emociones y permitir que vivan la infancia que les corresponde y lleguen a ser adultos exitosos.