Las pediatras del Hospital Vithas Vigo Cristina Granja y Patricia Oliván han alertado de que una quemadura solar durante la infancia «casi duplica el riesgo de desarrollar un melanoma». Así lo han señalado en el transcurso de un Aula Salud dedicada a la fotoprotección infantil.
En concreto, según han dicho, los niños tienen una concentración más baja de melanina protectora. Además, su piel es más delgada, lo que incrementa la probabilidad de quemaduras solares, y las capas de piel más ricas en células madre son más susceptibles a mutaciones.
Durante la charla, que se ha desarrollado con la colaboración de Rilastil, las pediatras del Hospital Vithas Vigo han puesto de manifiesto que el sol «es necesario para la vida». Pese a esto, han asegurado que, en verano, con tener un 25% de toda la piel expuesta al sol un máximo de diez minutos es suficiente para la producción correcta de vitamina D.
Sin embargo, «una exposición excesiva puede conllevar efectos nocivos para la salud» y, en el caso de los niños, «puede estimular una melanogénesis del bronceado o llevar a una información genética alterada y a un comportamiento celular anómalo».
Por ello, la promoción del uso de fotoprotección fue la base del taller, partiendo de la necesidad de modificar algunas rutinas que se están convirtiendo en habituales. Así, las doctoras Granja y Oliván han advertido de que «el uso de fotoprotección minimiza el daño de las radiaciones, pero no debe de considerarse como un medio para aumentar el tiempo de exposición solar».
Ambas también han abogado por el uso de ropa y complementos adecuados, como ropa de colores oscuros y telas gruesas, preferentemente de elastano y lycra (las que mayor protección solar tienen); así como por el uso de ropa fotoprotectora, que ofrece como gran ventaja su ligereza con altas cotas de protección.
Del mismo modo, han apostado por el uso de sombreros de ala ancha, o de gafas de sol, teniendo en cuenta que no siempre las más oscuras son las más protectoras. Estas deben de ser, siempre, homologadas y con el sello de calidad CE, según han insistido.
Las pediatras también han hablado del uso de fotoprotectores orales en niños, indicando que deben ser complementarios al resto de medidas y que necesitan más estudios científicos para considerarse demostrada su eficacia.
Distintos tipos de cremas
En cuanto al uso de cremas solares, las especialistas han explicado que existen filtros físicos (minerales) y químicos; y han intentado aclarar las dudas sobre la nomenclatura que utilizan estos productos.
Así, han indicado que los productos resistentes al agua (water resistant) tienen una durabilidad de 40 minutos; que se duplica en el caso de los productos waterproof, o muy resistentes al agua.
Por otra parte, explicaron que el SPF es el número de veces que aumenta la capacidad de defensa de la piel frente al eritema y solo hace referencia a la radiación ultravioleta B (UVB). De hecho, la protección UVA (ultravioleta A) es mayor o igual a un tercio de la ultravioleta beta.
Por su parte, la indicación IR-A hace referencia a la protección contra las radiaciones infrarrojas y el término «hipoalergénico» o «no comedogénico» minimiza las reacciones alérgicas.
En este sentido, las doctoras Granja y Oliván recordaron que no necesariamente protege más una crema solar con SPF 90 o 100 que uno de 50, ya que si bien es cierto que la capacidad de radiación eritematosa aumenta mucho en SPF bajos y va aumentando, llega un determinado nivel donde se estanca.
Así, una crema con factor de protección solar (FPS) 20 bloquea el 95% de la radiación; un FPS de 50 bloquea el 98% ; y un FPS 100 bloquea un 99%. Por eso, desde 2006, la Unión Europea recomienda clasificar los niveles en baja: de 1 a 10; media (entre 15 y 25); alta (entre 30 y 50) y muy alta (más de 50).
Las pediatras del Hospital Vithas Vigo han hecho hincapié en la importancia de reforzar la crema en zonas fácilmente olvidadas como son las orejas, labios, nuca, manos, párpados o empeine, entre otras. También han recordado que los filtros físicos protegen de manera inmediata del sol; mientras que los químicos tardan unos 30 minutos en ser efectivos.
Asimismo, han recomendado usar dos líneas extendidas en dos dedos para proteger la piel del rostro de los niños, otros dos para cada pierna y para cada brazo, dos para el pecho y dos para la barriga; mientras que para la protección de la espalda se deben de utilizar cuatro dedos; o lo que es lo mismo, unos 30 mililitros para toda la piel expuesta al sol.
También han aludido a los diferentes tipos de texturas que hay, especialmente en los productos pediátricos, haciendo un repaso por distintos productos existentes en el mercado, sus ventajas y su indicación más indicada en función de la seguridad dermatológica, el nivel de fotoprotección, o su resistencia al agua y condición hipoalergénica.
Este taller de fotoprotección forma parte de la iniciativa de Vithas Aula Salud de formar e informar a la sociedad sobre aspectos relacionados con el cuidado de la salud como parte del compromiso de Vithas con la sostenibilidad empresarial.