«Por suerte la agresión no le ha causado daños físicos de gran importancia, pero sí le ha afectado mucho a nivel psicológico pues la situación le ha creado mucho estrés debido a los insultos y el acorralamiento al que fue sometida esta profesional cuando llevaba a cabo su trabajo», explica Satse Galicia en un comunicado.
Según relatan, y así ha hecho constar en su denuncia, esta enfermera se encontraba en el Centro de Salud cuando tuvo que trasladarse a un domicilio en la zona de Alcabre. “Tengo que hacer el desplazamiento en autobús, con lo cual los familiares de la paciente entendieron que tardé en llegar, a pesar de que me puse en marcha tras la llamada”, señaló al sindicato.
Una vez en el domicilio, y siendo ya última hora de la mañana, informó a los familiares de que tendrían que acudir al Centro de Salud en busca de un informe médico, por lo que les indicó que lo mejor sería llamar antes a su médico para que dejase hecho ese informe, que posteriormente irían a buscar por la tarde. “En ese momento ya se alteraron mucho y dijeron que ellos no tenían teléfono para llamar, y que no tenían que llamar a nadie”. Fue ahí, según el relato de esta enfermera, cuando presuntamente comenzaron los insultos hacia su persona utilizando improperios muy fuertes y subidos de tono. “Me sentí acorralada por los dos familiares sin poder finalizar mi trabajo con la paciente, a la que ya no me dejaron atender”.
Presuntamente, uno de los familiares, que según esta profesional estaba muy alterado la echó del domicilio con un empujón y amenazándola, y fue en ese momento cuando decidió llamar a la policía que acudió al domicilio donde se encontraba. “Me pidieron que me quedase fuera mientras ellos hablaban con los familiares”, explicó. Más tarde acudió a la Comisaría de Policía para poner la correspondiente denuncia.
Esta enfermera, con más de cuarenta años de profesión a sus espaldas, afirma que es la primera vez que le ocurre algo similar, y que se ha visto en la necesidad de denunciarlo pues “nadie debe permitir que otra persona la agreda ni física, ni verbalmente, somos profesionales que queremos hacer nuestro trabajo lo mejor posible”, explica.
Los domicilios son un “punto caliente” de agresiones, pues sólo en la primera mitad de año se han producido seis agresiones en este espacio según los propios datos facilitados por el Sergas correspondientes al primer semestre de 2017. Los profesionales que acuden a los domicilios lo hacen, en la mayor parte de las ocasiones, sin acompañamiento, por lo que se encuentran solos ante una posible agresión.
El Sindicato de Enfermería en Galicia recuerda que cuatro de cada diez profesionales sanitarios de Galicia que han sufrido una agresión física o verbal en el último año, son Enfermeras. Así lo reflejan los datos ofrecidos por el “Informe anual de episodios de violencia externa registrados en el Sergas correspondiente al año 2016” en el que se advierte un incremento de las amenazas, insultos e incluso lesiones a profesionales en los últimos años. En la Comunidad Gallega la situación es dramática con respecto al resto del Estado con un total de 226 casos en 2016, cerca de la mitad de los registrados a nivel nacional con 486 casos. En Galicia, en la primera mitad del año 2017, son ya 174 los casos denunciados. Por otro lado, el mayor porcentaje de agresiones a profesionales se da en mujeres con un 76,6% de los casos, frente a un 23,5% de hombres agredidos.