La Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS), en colaboración con Zendal, han organizado en O Porriño una mesa redonda de expertos para hablar de vacunas pendientes de desarrollar, así como los desafíos pendientes de las que están en marcha por complejidad científica, falta de apoyo financiero, de producción o acceso.
En la mesa redonda, que ha acogido la sede de Zendal, han participado la viróloga del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa-CSIC Yolanda Revilla, el catedrático de Microbiología Carlos Martín Montañés, el director de desarrollo de IsGlobal Rafael Vilasanjuan, y la microbióloga de la SEIMC María del Mar Tomás. Fue moderada por la directora de Comunicación de Zendal, codelegada de ANIS en Galicia, Beatriz Díaz.
El debate ha permitido realizar una panorámica del estado de algunas de las vacunas más esperadas y que parecen imposibles de conseguir por el reto científico o económico que suponen, como las del dengue, la malaria, la peste porcina, el VIH o la tuberculosis.
No en vano, solo el 5% de las vacunas logran pasar a su comercialización y el coste de desarrollo de una puede alcanzar los 1.000 millones de euros.
Díaz ha incidido en el «complejo» camino, «largo, difícil y caro» que se recorre antes de llevar a la vacunación. Por ejemplo, en el caso de la tuberculosis, se lleva 100 años sin una nueva vacuna, a pesar de que es una de las primeras causas de mortalidad a nivel mundial (1.300.000 personas cada año). Existe una vacuna pero que no es eficaz contra la tuberculosis pulmonar que es la forma más frecuente de la enfermedad.
Además, según ha apuntado Carlos Martín Montañés, el principal escollo con el que se encuentra esta tan deseada vacuna es el haberse «acostumbrado a esos números». «Creo que, si fuera una enfermedad de nueva aparición, la sociedad habría reaccionado exigiendo una respuesta distinta», ha opinado, subrayando también que se trata de procesos «tremendamente caros».
Ha añadido que, en estos momentos, los ensayos que están más avanzados son los de la vacuna MTBVAC, por parte de IAVI y Biofabri (filial del Grupo Zendal) como alternativa a la vacuna BCG en neonatos y para prevenir la tuberculosis en adolescentes y adultos.
Se trata, desde su punto de vista, de «algo prometedor» que podría incidir de forma significativa también en la mortalidad asociada al VIH. Son la asociación perfecta; en África se dice que la gente vive con VIH y muere de tuberculosis», ha reflexionado.
Peste porcina
En la mesa redonda también se ha evidenciado que hay vacunas cuyo principal escollo no es solo el económico, sino la «enorme complejidad» de dar con una solución frente al patógeno en cuestión.
Es el caso, por ejemplo, de la peste porcina, un problema al que la viróloga Yolanda Revilla ha dedicado más de 30 años de su carrera y para el que a día de hoy «no hay una solución lo suficientemente segura como para ser distribuida» y que garantice que no se producirá un descontrol del virus porque su atenuación revierta en una mayor virulencia.
«Lo que sucede con este virus es que te da para estudiar toda la vida; es un maestro, sabe mucho, tiene muchas proteínas y cada una de ellas la emplea en cada momento para hacer algo contra una respuesta eficaz», ha ejemplificado. «En el SARS-CoV-2 había 4 proteínas importantes, pero en el caso de este virus hay 170 antígenos posibles», ha agregado, como argumento de la dificultad del proceso.
Así, ha recordado que, años atrás, la peste porcina fue endémica en España y que aquí solo se logró erradicar mediante el sacrificio de animales, lo que produjo «pérdidas enormes ecológicas y económicas».
Aún con todo, Revilla se mostró optimista porque la expansión de este virus ha sido de tal magnitud que «los Estados Unidos están muy preocupados» y Europa recientemente ha concedido financiación para dos proyectos de investigación sobre este tema.
«¿Va a haber una vacuna contra la peste porcina? Es muy posible. ¿Será lo suficientemente segura? Vamos a verlo, esperemos que sí», ha afirmado la viróloga, apuntando también, como dificultad añadida, que la futura vacuna debiera ser efectiva también en jabalíes, por ser una especie importante en la distribución de esta enfermedad que, además, está prolífera en los últimos tiempos.
Dengue y malaria
Otro de los grandes retos, que aúna la salud global por tener implicaciones humanas, animales y ambientales: obtener vacunas contra el virus del dengue y el parásito de la malaria.
En el caso del dengue, que contagia a 400 millones de personas y causa la muerte de 40.000 al año, se da la circunstancia de que en estos momentos hay varios brotes en Latinoamérica y en España, concretamente en Cataluña, se han reportado 110 casos en el primer trimestre del año y su expansión va en aumento.
«Lo transmite el mosquito tigre, que está en todas partes, aunque especialmente en el Mediterráneo, y en estos momentos hay dos vacunas en desarrollo, aunque posiblemente la que mejor funcione de cara al futuro sea la que está desarrollando Takeda», ha manifestado Vilasanjuan.
Por lo que respecta a la vacuna contra la malaria, el problema principal, según ha señalado, es que se trata de una solución que por ahora es «complicada, por el número de dosis, está fuera del programa rutinario de vacunación y es cara», ya que el ciclo de vacunación completo cuesta alrededor de 40 dólares, «cuando las 26 vacunas del programa rutinario de la mayoría de los países cuestan la mitad».
Resistencia a los antibióticos
Por su parte, la microbióloga María del Mar Tomás ha aborado uno de los grandes problemas de salud en la actualidad: la resistencia a los antibióticos y la virulencia bacteriana, un tema sobre el que está investigando con un contrato Miguel Servet.
La investigadora se ha mostrado muy esperanzada acerca de los avances que puedan desarrollarse a partir de la investigación de los fagos, una vía de investigación que en Occidente aún no se ha explotado. «De hecho, hace dos semanas que Europa ya considera los fagos como medicamento oficialmente», ha indicado.
Más transmisión sexual
La microbióloga también ha alertado del incremento en torno al 50% de las infecciones de transmisión sexual por gonococo después de la pandemia, algo que interpreta como que «los jóvenes han perdido el miedo a las enfermedades de transmisión sexual y una vacuna tendría un gran potencial, porque se trata de algo que ya es cultural, hay personas que presentan hasta 3 infecciones en un año por gonococo».
La mesa redonda finalizó con un recorrido por la pandemia de la covid-19, que ha dejado un buen número de lecciones aprendidas, especialmente en lo que tiene que ver con el diagnóstico, la vigilancia epidemiológica y cuestiones logísticas como el transporte o el despliegue operativo.
Sin embargo, también se ha concluido que, aún siendo esto muy positivo ante una futura pandemia, hay cuestiones «de importancia capital» que no están resueltas y que pivotan en torno al concepto de One Health, tales como la falta de una visión global vinculada al cambio climático, la inexistencia de diversidad de centros de producción de vacunas en ubicaciones más diversas o la falta de avances significativos para algunas de las infecciones que afectan a los animales de consumo humano.