Detrás de la ropa que vestimos hay una realidad desconocida y muchas veces injusta que en este día y que los colectivos organizadores han querido denunciar. El sector textil, que mueve 34.000 millones de euros solo en Europa, muestra las consecuencias de una globalización y de un modelo profundamente injusto. Y para justificar este argumento, algunos datos:
Ninguna de las compañías líder en el sector textil en el mundo garantizan salarios dignos, donde el 80% son mujeres y ganan entre un 10 y un 50% menos que los hombres. Un ejemplo claro de la feminización de la pobreza en este sector lo ejemplifica Bangladesh que tiene el triste récord de tener los sueldos medios más bajos para las mujeres: salario mínimo de 50 euros.
Un sector donde se realizan jornadas extenuantes de 12 o 14 horas de trabajo diario en condiciones infrahumanas
El trabajo infantil está presente a lo largo de toda la cadena de producción textil. En la India, en la recogida del algodón, participan 400.000 menores, la mitad de ellos más pequeños de 14 años .
La campaña de este año, “Tira del hilo” quiere poner sobre la mesa estas realidades y denunciar estas injusticias para defender un mundo más justo, más humano y más decente.
Las reflexiones de Alberto Gómez, de Oxfam Intermón Vigo
Pero para profundizar un poco más sobre la realidad global del comercio justo en estos momentos, conversamos con el coordinador en Vigo de Oxfam Intermón, Alberto Gómez. Una ONG presente en Vigo desde 1995 y que desde hace 10 años tiene una tienda de comercio justo en la ciudad cuyas ventas se han multiplicado desde que ha sido ubicada en la calle Triunfo 5, en pleno Casco Vello vigués, hace 4 años. Unos 40 voluntarios la atienden de lunes a sábado. Un tercio de la actividad de esta organización internacional está dedicada al comercio justo.
¿La población está informada, concienciada, conoce esta realidad?
A nivel europeo, España es el país con mayor desconocimiento sobre la realidad del comercio justo. Portugal o Grecia, teóricamente por debajo de España, tienen mayor información e implicación que nosotros. En los objetivos del milenio, donde de alguna manera se tocaba el tema de consumo responsable, es donde menos avances ha habido. Y con la crisis, también se ha producido el cierre de tiendas. Esto ha supuesto, no sólo la disminución de la venta, sino del impacto y de la sensibilización sobre la población.
¿Hacia quién tenemos que mirar para mejorar en este trabajo de concienciación?
Hacia Holanda, Luxemburgo o Bélgica, por ejemplo, allí la mitad de los productos de las grandes superficies son de comercio justo. En Suiza, el 90% de los plátanos que se consumen son de comercio justo. O en Holanda el 70% de los pantalones vaqueros que se venden son de comercio justo. Por eso nos queda mucho camino por recorrer y por eso que haya Días de Comercio Justo, como el que estamos celebrando, charlas, sensibilización, trabajo en lo colegios, es importantísimo.
¿Sigue siendo caro ser coherente a la hora de consumir?
Sí, sigue siendo caro en comparación con las marcas que se venden en las multinacionales. Aquí, cuando una persona entra a nuestras tiendas a comprar un paquete de café, y paga 3,29 euros, tu le dices de donde viene ese café, que el 90% de lo que está pagando llega directamente a su cultivador. En una gran superficie es el 1% lo que le llega y la mayoría del precio va para los intermediarios. Y a la gente que se lo explicas, a los coles en los que hacemos sensibilización, la respuesta que tenemos es tremenda, sobre todo en la población más joven. Está claro que ser coherente en el consumo requiere un esfuerzo mayor, una mayor implicación. Pero, aunque la mayor diferencia de precios se da en productos de alimentación, no es así en el textil o la artesanía, donde los precios son equiparables o en muchos casos más bajos. Y la calidad es exactamente la misma o mejor.
Cuando compras en una gran superficie un producto que pone de comercio justo, ¿realmente es cierto?
Sí, es auténtico. Siempre fue un tema polémico el cómo introducir productos de comercio justo en grandes áreas comerciales que en sus propias empresas muchas veces no respetan los derechos de sus trabajadores, por ejemplo la diferencia de salarios entre hombres y mujeres. Pero nuestra duda ha sido: ¿debemos ser muy puristas o compartir espacio con nuestros productos de comercios justo junto a muchos otros que hay en esos espacios? Y optamos, desde Oxfam Intermón y desde otras cooperativas de comercio justo, por tener nuestros espacios en esas zonas.
¿En Vigo es fácil encontrarse con una oferta de productos?
Lo tiene fácil en nuestra tienda del Casco Vello, de Oxfan Intermón, en la cooperativa Árbore, la Aldea Cooperativa, y algunas otras espacios solidarios, (Proclade, Cáritas, Emaús, Solidariedade Internacional) aunque con menos oferta, y en algunas zonas en las grandes áreas comerciales. Ojalá hubiera muchas más tiendas, pero todavía nos falta mucho por avanzar en España. Y para eso es importante que la gente cuando vaya a comprar pida un café, o un chocolate de comercio justo para obligar a los vendedores a adquirirlos.
Más infomación:
www.comerciojusto.org
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