En pleno corazón de Vigo, donde las calles Marqués de Valladares y Colón se cruzan, emerge un proyecto que conjuga la memoria histórica y la innovación arquitectónica. Liderado por los arquitectos Jesús Irisarri Castro y Guadalupe Piñera Manso, este edificio de viviendas plurifamiliares, locales y garajes ha sido seleccionado como finalista en la categoría de Vivienda Plurifamiliar de los Premios COAG 2025.
Un rescate arquitectónico con raíces racionalistas
El núcleo del proyecto reside en la rehabilitación del edificio Ribas-Barreras, una pieza emblemática del racionalismo vigués firmada por Francisco Castro Represas. Abandonado y en declive durante años, este inmueble ha sido cuidadosamente restaurado para recuperar su esencia, mientras se complementa con la construcción de dos nuevos volúmenes en los solares colindantes.
La intervención no solo salva un legado del pasado, sino que lo transforma en un espacio habitable adaptado a las necesidades actuales, demostrando que la arquitectura puede ser un puente entre épocas.
Lejos de limitarse a la nostalgia, la obra apuesta por un enfoque funcional y sostenible. Las nuevas viviendas incorporan soluciones de eficiencia energética y estándares de confort que responden a los retos del siglo XXI. A su vez, la fachada del conjunto mantiene una estética unificada que dialoga con el entorno urbano, respetando la identidad de Marqués de Valladares. Esta combinación de belleza, utilidad y sostenibilidad es uno de los aspectos que más destacan y que podrían inclinar la balanza a su favor en los premios.
Revitalizando el pulso urbano de Vigo
Situado en una de las zonas más vibrantes de la ciudad, el proyecto trasciende lo meramente constructivo para convertirse en un agente de transformación urbana. Al devolver vida a un edificio olvidado y enriquecer el tejido del centro con espacios habitables y comerciales, la obra contribuye a sanar las cicatrices del deterioro. En palabras de Guadalupe Piñera, fundadora de Irisarri + Piñera Arquitectos, «nuestra idea ha sido hacer ciudad, reflexionar sobre el hábitat y el entorno ciudadano, poniendo en valor los espacios comunes». Así, el diseño prioriza áreas abiertas al cielo y al paisaje, pensadas para elevar la calidad de vida de quienes las habiten.
El mérito colectivo tras la nominación
La nominación a los Premios COAG 2025 no solo reconoce la visión de los arquitectos, sino también el esfuerzo de un equipo multidisciplinar. «Es un honor y una alegría que desde la profesión se aprecie esta obra», afirma Piñera, quien subraya que el éxito es compartido: «Este es un trabajo en el que intervienen muchas personas con sus oficios, su implicación y su buen hacer. No es un mérito exclusivo del estudio, sino de todos los profesionales que han dado vida a este proyecto». Esta humildad y enfoque colaborativo refuerzan el valor humano detrás de la obra.
Intervenir en el centro de Vigo, y más aún en un edificio icónico cerrado durante largo tiempo, implicaba una responsabilidad notable. Sin embargo, Piñera lo relativiza: «Lo hemos enfocado con mucha responsabilidad, como en cualquier otro lugar. Claro que al actuar en el corazón de la ciudad y recuperar una pieza tan significativa, el impacto es más visible». La obra no solo responde a las expectativas de sus creadores, sino que se erige como un símbolo de cómo la arquitectura puede integrar pasado y presente sin sacrificar funcionalidad ni belleza.
Hacia el veredicto
Con su propuesta innovadora y su profundo respeto por la historia, el proyecto en Marqués de Valladares se posiciona como un firme candidato a los Premios COAG 2025. Vigo aguarda con entusiasmo el desenlace, confiando en que esta obra deje una marca imborrable en la arquitectura gallega. El 5 de abril será el momento de saber si este equilibrio entre tradición y modernidad recibe el reconocimiento que muchos ya le atribuyen. Hasta entonces, el edificio sigue siendo un testimonio vivo de cómo el diseño puede transformar una ciudad desde su esencia.