Los tatuajes han dejado de ser una moda para convertirse en una filosofía de vida cada vez más extendida. Las personas que deciden llevar un tatuaje suelen repetir la experiencia. Es algo adictivo que poco a poco va cubriendo todos los rincones del cuerpo con los motivos más variados. Entre los numerosos talleres de Tatoos podemos destacar Rataloka-Tatoo, en el número 22 de la Avenida das Camelias, de Vigo, con un equipo humano compuesto por cinco personas coordinadas por Andrea Martínez, con la que hemos conversado detenidamente para conocer los pormenores de estas técnicas.
– Andrea, ¿en qué momento de su vida decidió dedicarse al tatuaje?
– Siempre me ha gustado todo lo relacionado con el arte y el dibujo y el tatuaje también es una manifestación artística. Empecé a tatuar hace años, cuando trabajaba en un supermercado.
– Cuéntenos dónde ha aprendido la técnica.
– Soy autodidacta. Aprendí leyendo libros y viendo tutoriales.
– ¿Cuántos años lleva ejerciendo?
– Siete años, pero como profesional cerca de cuatro años.
– ¿Cuántas personas forman parte del equipo de Rataloka?
– Cinco tatuadores y mi hermana que se va a encargar de los piercing y recepcionista. En el equipo estamos UCV-Tatoo, que es Javi; Brais, que es Deiro-Tatoo; Honey, que es MIguel; Charli Ferreira, que esta temporada está en Alemania trabajando y aprendiendo nuevas técnicas; Soraya Martínez, que va a llevar los piercing; y yo, Andrea Martínez, Rataloka.
– ¿Recuerda el primer tatuaje que ha realizado?
– Sí, a mi hermana, que fue el primer conejillo de Indias. Primero hice uno o dos en piel sintética, para practicar, y luego a mi hermana. Después tatué a un amigo, luego a otro amigo, después a mi madre…
– Se dice que en casa de herrero cuchillo de palo, pero ya veo que lleva tatuajes.
– Sí, llevo un montón. Llevo muchos (riendo).
– ¿Cuál es el primer tatuaje que hizo a un cliente?
– El primero fue un tribal. Antes, llegabas a los estudios, elegías lo que más te gustaba de un catálogo, y ya estaba. Pero hoy en día todo eso cambió.
– ¿Alguna vez se ha planteado en realizarse algún tatuaje a sí misma?
– Sí, alguno en la pierna. Hace unos seis años. Un barquito de papel. Todos los tatuadores se han hecho alguno.
– Que diferencia existe de un tatuador a otro, ¿el resultado es siempre el mismo?
– El resultado no es el mismo porque cada profesional tiene su propio estilo. Hay gente que hace lo que se conoce como realismo, que es plasmar la realidad; otros hacen lo que se conoce como realismo-color; otros el tatuaje tradicional, que es un tatuaje plano con colores básicos y sin nada de profundidad ni volúmenes; sin olvidar el tatuaje no tradicional, que utiliza diferentes tipos de líneas y de colores; y el old school, que es el tatuaje de toda la vida.
-¿Cuánto hay de inspiración en su trabajo?
– Mucho. La gente nos puede dar unas pautas, pero si confían en nosotros, que es lo normal, desarrollamos la idea intentando mejorarla.
-¿Es indispensable saber dibujar para ser tatuador?
– Yo creo que sí.
-¿La clientela elige el tema mediante un catálogo o trae su idea preconcebida?
– Suelen traer su idea, casi siempre. Hay gente que llega diciendo que quiere hacerse un tatuaje sin saber de qué, pero eso es muy raro. El tatuaje puede significar algo, o ser algo que te guste…, tampoco tiene por qué significar algo. Entonces te trae una idea, te enseña algún dibujo o algún diseño que ha visto por algún lado…, en ese caso nosotros siempre lo modificamos, nunca copiamos.
-¿Pero a pesar de todo tienen algún catálogo o algo parecido que pueda mostrarse al público?
– No, no solemos tener catálogos. Podemos tener algún diseño hecho, hoy en día se usa el iPad. Se dibuja a mano aún, pero hoy en día con las nuevas tecnologías se dibuja en iPad. Tienes los diseños guardados, pero mucha gente trae sus propias ideas y nosotros, como ya he dicho, las mejoramos.
-¿Existe algún motivo que se repita en distintas personas?
– Aquí, en esta zona, se hacen mucho las Cíes, escudos del Celta, trisqueles, que representan la cultura celta. Todo esto se repite bastante.
-¿Va por zonas geográficas o por barrios?
– Yo creo que por zonas geográficas.
-¿Qué es lo más original que te han pedido?
– Un tomate con patas de rana y ojos. Me dijo que quería eso y yo lo diseñé.
– Alguna vez ha dicho eso no lo hago. En ese caso, ¿por qué motivo?
– Sí. Alguna vez he dicho que no lo hago. Pues con temas relacionados con nazismo, pues no, que no hago nada de eso. Va contra mis principios.
-¿Existe alguna incompatibilidad médica para hacerse un tatuaje?
– Sí. Gente que tiene marcapasos yo no los tatúo porque llevan un dispositivo electrónico y se puede ver interferido por nuestros equipos. Gente que esté embarazada, o gente que tiene diabetes, que también se tatúan, pero prefiero que hablen primero con su médico y que después me digan si se lo pueden hacer porque la cicatrización es más lenta.
-¿Esterilizan todo el material?
– Todo y con cada persona, pero hoy en día trabajamos con material desechable. Lo “grips” y casi todo lo que se utiliza es desechable. Además cumplimos con todas las precaucaciones anti Covid19: desinfectantes, distancias, mascarillas, elementos desechables, como las agujas y los grips…
-¿Qué son los ”grips”?
– Es el dispositivo donde se introduce la aguja. Como si fuera la funda de un bolígrafo, pero mucho más ancha. Viene todo esterilizado, el material lo abres delante del cliente y luego, una vez abierto y utilizado se desecha. Tomamos todas las medidas de precaución. Y, por supuesto, todas las medidas anti Covid19.
-¿Existe alguna limitación de edad para tatuarse?
– Yo creo que no. Tengo tatuado a algún señor de setenta años…
– ¿Qué pide una persona de esa edad?
– Pues el nombre de los nietos. Pero también está la gente de cincuenta y sesenta años que trabajaban en la sanidad y se tatuaron motivos relacionados con el tema del virus y la sanidad, en algún caso tiritas.
– ¿No hay nadie que venga a tatuarse un ancla como la de Popeye?
– Sí, se la tatué a algún señor mayor que en su día fue marinero. Tatué algunas anclas y algún barco.
– Quiénes son más aficionados a hacerse tatuajes, los hombres, las mujeres, los jóvenes, los mayores…
– Yo creo que hoy en día está equiparada la cosa.
-¿Y la edad más temprana con la que vinieron a tatuarse?
– A ver, a veces viene gente con quince años. Pero nosotros no tatuamos a menores, ni siquiera con consentimiento ni nada. Únicamente a mayores de edad.
-¿Qué hay de cierto en que al llevar un tatuaje al final de la espalda no se puede poner la anestesia epidural? ¿O la dificultad a la hora de necesitar inyectables?
– Este tema yo creo está más relacionado con España. En otros países, como Alemania, que fue uno de los primeros en hacer tatuajes, hay muchísima gente mayor con tatuajes en todo el cuerpo y tengo entendido que allí no hay ningún problema. Parece ser que levantan un poquito la piel y pinchan debajo.
-¿Pueden borrarse los tatuajes?
– Hoy existen muchas técnicas avanzadas, pero la verdad es que no lo sé. Creo que siempre va a quedar un poquito, una sombra. Mucha gente que se lo quiere borrar va a unas sesiones de láser y luego se tapa la marca que queda con otro tatuaje, es una técnica que se llama “cover up”.
– El tatuaje parece una moda que ha llegado para quedarse. ¿Es algo adictivo?
– Yo pienso que sí. Pero más que una moda es algo que viene desde siempre. Sí es cierto que aquí, en España, ahora está un poco más de moda por los futbolistas y por la gente famosa, y cada vez está más de moda. En el resto de Europa, el tema de los tatuajes está mucho más adelantado que aquí.
-¿Es difícil abrirse camino en esta profesión siendo mujer?
– Hoy en día creo que no. Si tienes una buena base de dibujo y te desenvuelves bien, no hay problema.
– ¿Cuál es el futuro del tatuaje?
– Yo creo que está todo más que inventado. Cada vez se tatuará más gente. Cada vez estará mejor visto. Ya no tiene nada que ver con que antes lo llevaba gente de exclusión social y que estaba mal visto. Creo y espero que cada vez los lleve más gente.
– ¿Piensa seguir con el tatuaje toda la vida?
– Sí, yo espero que sí.