No es un secreto, el planeta enfrenta una alarmante crisis climática como consecuencia de la actividad humana. Por ello, todos debemos asumir la responsabilidad y el compromiso de adoptar medidas que permitan revertir el impacto ambiental o, en su defecto, ralentizarlo.
En este sentido, las casas sustentables suponen una solución, ya que definen un estilo de vida que se ajusta al concepto de sostenibilidad. Gracias a sus
características, este tipo de inmuebles permiten dejar una huella positiva en el medio ambiente
¿Qué son casas sustentables?
Básicamente, hablamos del tipo de inmueble con un enfoque centrado en minimizar el impacto al entorno. Es decir, que tiene la capacidad de satisfacer las
necesidades de sus habitantes de forma amigable con el medio ambiente.De esta manera, aunque cuenta con los servicios básicos para disfrutar de un estilo
de vida cómodo, solo involucra procesos y elementos que favorecen la recuperación del planeta. Durante los últimos años, el concepto de casas sustentables ha experimentado una importante evolución. Ya no se limitan al manejo eficiente de los recursos y correcto tratamiento de los residuos, actualmente, existen soluciones mucho más avanzadas, como el uso de sistemas fotovoltaicos. La combinación de placas y un generador solar, permite producir nuestra propia energía en casa y minimizar la dependencia a la red eléctrica, por consecuencia, disfrutar de los beneficios que ofrece una fuente energética limpia, que no genera gases de efecto invernadero ni contaminantes.
Características que definen a las casas sustentables
De acuerdo a su propósito, las viviendas que se ajustan al concepto de sostenibilidad son construidas siguiendo tres reglas básicas:
Respeto por las plantas y animales del entorno.
Uso de materiales ecológicos y reciclables.
Calidad de los acabados a fin de evitar el desgaste y la necesidad de realizar reformas a corto o mediano plazo.
Además de la integración con la naturaleza presente, y el máximo aprovechamiento de los recursos disponibles, presentan un diseño que se ajusta con
las condiciones del área, esto implica que no interfiere en la manera en la que se relacionan sus habitantes desde el punto de vista social.
En el caso de las viviendas que ya estaban construidas, pero que sus propietarios se sumaron a este estilo de vida, las características distintivas son:
Presencia de sistemas fotovoltaicos para satisfacer el abastecimiento eléctrico y agua caliente.
Tecnología diseñada para garantizar el óptimo consumo de agua y energía, por ejemplo, cabezales de bajo consumo y uso de focos LED.
Aprovechamiento de la luz solar.
Ajuste a las condiciones climáticas para reducir el uso de la calefacción y de los aires acondicionados, bien sea mediante la instalación de ventanas de doble
cristal para combatir el frío, o de material aislante para el calor.
Aislamiento térmico y sonoro, baja contaminación lumínica y sistemas de ventilación.
Ventajas de tener un hogar sustentable
Sin duda, el principal beneficio de un inmueble sustentable radica en su diseño pensado para maximizar la eficiencia energética. Esto se debe a que, tanto los
materiales como las tecnologías utilizadas disminuyen sustancialmente el consumo de energía.
De esta forma, podemos disfrutar de una ventaja clara desde el punto de vista económico, ya que se reduce la tarifa de la facturación del servicio. También supone
la oportunidad de contribuir a la preservación de los recursos naturales, reducir el impacto sobre el medio y ser parte de la solución en la dura crisis climática que
enfrenta el planeta.
Respeto por el medio ambiente y cuidado de la salud
Considerando que bajo el concepto de sostenibilidad se emplean materiales sostenibles durante el proceso de construcción, las casas sustentables no solo son
respetuosas con el entorno y los seres vivos, sino que elimina el riesgo vinculado a la manipulación de productos químicos capaces de liberar partículas tóxicas, que pueden perjudicar la salud, tanto de los trabajadores, como de sus habitantes. Asimismo, en este tipo de inmueble suelen emplearse elementos reciclados, lo cual disminuye la demanda de recursos naturales, y la generación de residuos.
Uso adecuado del agua
No es un secreto, si bien la contaminación del aire está perjudicando al planeta, la mayor amenaza que enfrenta el medio ambiente es el agotamiento del agua. De
acuerdo a los expertos, el líquido vital es uno de los recursos más afectados por la crisis climática.
En los hogares sustentables no solo se evita el desperdicio del agua, también se emplean medidas efectivas a favor de su conservación. Entre ellos:
Implementación de sistemas de captación de agua de lluvia o niebla.
Procesado de aguas grises.
Instalación de grifos bajo flujo.
Paisajismo sostenible.
Acceso a subsidios e incentivos
A pesar de que tener un hogar sustentable requiere de una considerable inversión, el dinero retorna con bastante facilidad. Por un lado, está el ahorro sustancial en las facturas mensuales de los servicios básicos, como electricidad y agua, por el otro, la durabilidad de los materiales eleva el nivel de calidad de la estructura.
Sin embargo, más allá de la eficiencia que caracteriza a las energías renovables, gracias a la economía verde, las propiedades sostenibles se revalorizan. Asimismo, y atendiendo al compromiso de lograr el cambio hacia la sostenibilidad, los gobiernos ofrecen programas especiales que van desde incentivos a la compra, hasta subsidios y oportunidades de negocios. En este sentido, una de las tendencias más arraigadas es la venta de la energía
excedente que generamos con nuestros paneles y generadores solares, al igual que los beneficios fiscales entre los que se incluyen los préstamos preferenciales y la reducción de las tarifas de los tributos.
Definitivamente, tener una casa sustentable es una decisión llena de ventajas. La clave para dar el paso definitivo radica en identificar las necesidades actuales y, con base en ellas, comenzar a explorar las posibilidades.
Entre las principales medidas a implementar sobresalen invertir en un sistema fotovoltaico, tener baños ahorradores y utilizar focos LED. En zonas frías, no puede faltar el aislamiento térmico y la instalación de un calentador solar. Finalmente, apostar por el reemplazo de electrodomésticos y línea blanca por equipos de alta eficiencia energética.