El número 13 de la calle Abeleira Menéndez ultima los detalles para convertirse en un centro de referencia para los amantes de la repostería en Vigo. Dentro de unas semanas caminar por el empedrado de esa zona de la ciudad implicará resistirse -o no- al aroma de la tarta de almendra, las brevas, hojaldres, ensaimadas, pastas y toda suerte de viandas que siguen la preciada receta de la tercera generación de reposteros de Navaza, la pastelería más antigua de Lalín.
El establecimiento histórico inició su andadura a principios de 1900 y su especialidad son los almendrados, que siguen elaborándose de la misma forma por la que apostó la primera generación de la familia Navaza: siguiendo la receta tradicional judía con almendra, azúcar y clara de huevo.
La nueva sede de la pastelería más antigua de Lalín es una iniciativa de Perfecto Navaza León, que apuesta por los sabores tradicionales el buen hacer que su familia trasmitió generación a generación. En su horno siguen creciendo masas que se elaboran de manera artesanal, la calidad es su sello y la garantía de supervivencia de este modelo de negocio, por eso escoge con mimo cada ingrediente, desde las harinas a los chocolates.
Conoce Vigo desde hace años porque, junto con su socio, regenta otro local de hostelería y, aunque por el momento el nuevo local no contará con obrador propio, según avancen los meses y palpe la respuesta de los vecinos se plantea tanto ampliar el negocio como la oferta de productos inspirándose en los gustos y costumbres de la ciudad olívica.
Perfecto Navaza se reinventó como hostelero tras la muerte repentina de su padre, pero no dudó en abandonar su dilatada carrera como aparejador después de varios meses haciéndose cargo del negocio familiar. Disfruta mucho con su trabajo y vierte el entusiasmo aprendido en el sabor de cada una de sus piezas.
El nuevo local formará parte del nuevo rostro del Casco Vello alto que, tras la adjudicación de más de una veintena de locales, adquiere una personalidad característica con un fuerte potencial cultural.