Ingredientes:
Para el bizcocho:
3 huevos.
1 yogur.
3 medidas de yogur de harina.
2 medidas de yogur de azúcar.
1 medida de yogur de aceite de girasol.
1 cucharadita de levadura química, tipo Royal.
7 rodajas de piña en almíbar.
Para el caramelo:
150 g de azúcar.
6 cucharadas de agua.
1 cucharada de zumo de limón.
Preparación:
Precalentamos el horno a 180ºC, calor arriba y abajo. Untamos con mantequilla y harina sólo los laterales de nuestro molde, no el fondo.
Preparamos la masa del bizcocho. Para ello, mezclamos todos los ingredientes menos las rodajas de piña, hasta que estén formen una masa sin grumos, bien integrada. Ponemos a escurrir sobre un colador las rodajas de piña.
Preparamos el caramelo. Es este el paso más delicado del bizcocho, que requiere mimo y paciencia, para que no se nos queme el caramelo. Ponemos en un cazo el agua y el azúcar, a temperatura media. Removemos cuidadosamente, y esto es importante, sin cuchara, simplemente moviendo el cazo, se irá formando el almíbar, cada vez más espeso. Cuando empiece a tomar color dorado, ahora sí, ya podemos meter la cuchara, mejor de madera para evitar cambios bruscos de temperatura, y le añadimos el zumo de limón. Si lo hacemos despacito, le lleva un buen rato, pero nos aseguramos un caramelo perfecto, sin ese amargor que coge cuando se quema.
Cuando el caramelo esté listo, lo repartimos por la base de nuestro molde, y colocamos encima las rodajas de piña ya escurridas. Vertemos encima con cuidado la masa del bizcocho.
Horneamos a 180ºC durante unos 40 minutos, o hasta que al pinchar el centro con un palillo, éste salga limpio.
Retirar del horno, y dejar templar. Desmoldar antes de que se enfríe del todo, para que no se quede adherido el caramelo al molde.