Sumergiéndonos en el tejido histórico de Vigo, en la encantadora esquina entre las calles Marqués de Valladares y Reconquista, a escasos pasos de la plaza de Compostela, encontramos Charcutería Vazey, un tesoro culinario que ha resistido el paso del tiempo y se ha adaptado a los nuevas tendencias manteniéndose fiel a la filosofía con la que nacía allá por 1955.
Regentada por Pedro Martín desde 2011, esta antigua tienda de lacones y chorizos ha evolucionado en un espacio que alberga las delicatesen que todo amante de la buena mesa anhela.
De generación en generación
La historia de Charcutería Vazey se cuenta como un relato digno de transmitirse de generación en generación. Dicen que aquí, en Vazey, los vigueses experimentaron por primera vez el sabor del jamón ibérico, años más tarde sus estanterías alojaban las primeras botellas de champagne que llegan a la ciudad y las primeras latas de caviar.
Una historia que podría contar la antigua balanza de hierro fundido, que ha desafiado el paso de los años y que hoy, rodeada de tentadoras exquisiteces, ostenta su carácter imponente y nostálgico siendo la seña de identidad del local.
Abanico de tentaciones
Aunque su nombre lleva el título de «Charcutería», Vazey es mucho más que eso. Bajando el par de peldaños que la separan del adoquinado de la calle Reconquista encontramos un abanico de tentaciones: desde los jamones ibéricos, que siguen siendo el emblema de la casa, quesos llegados de todos los lugares de la Península, embutidos que despiertan desde primera hora nuestro apetito o patés y conservas que capturan la esencia de Galicia en cada bocado. Y, por supuesto, una pequeña referencia de los vinos, cavas y champagne que nos invitan a brindar por cada momento vivido.
Detrás de la evolución de Vazey se encuentra Pedro Martín, un empresario cuyo vínculo con el comercio tiene raíces ancestrales, ya que su abuelo suministraba provisiones a los barcos desde una tienda vecina. Pedro no solo ha conservado la herencia de Vázquez y Eyré, y la posterior de Pepe, sino que ha tejido nuevas conexiones no solo con proveedores sino también con clientes que valoran el mimo y cuidado en la oferta de la charcutería.
Placeres de la gastronomía
Aquí, los clientes no son meros compradores, sino amigos cuyos nombres son conocidos y con quienes se comparten historias mientras se disfrutan de los placeres de la gastronomía.
Charcutería Vazey, en un mundo donde las copias comerciales y las prisas convierten al comercio en una turba heterogénea, mantiene esa filosofía de antaño gracias a unas raíces arraigadas, pero sin perder su mirada en el futuro. En el corazón de Vigo, el encanto de lo auténtico sigue palpitando, y Charcutería Vazey es la embajadora de esta verdad culinaria.