Es muy muy fácil de hacer y además se puede congelar con mucha facilidad. Podemos variar las cantidades de azúcar, teniendo en cuenta que a menos azúcar menos capacidad de conservar y de solidificar tendrá el dulce de membrillo. ¿Os apetece probarlo?
Ingredientes:
membrillo sin corazón ni partes feas.
igual peso de azúcar que de membrillo ya limpio.
un chorrito de zumo de limón.
Preparación:
Lavar bien los membrillos y secarlos. Sacarle los corazones, que son duros, y cualquier cosa que veamos en la piel que nos pueda estropear el dulce. Pesar la fruta.
Poner en una cazuela amplia, troceado pequeño, con el zumo de limón, y el mismo peso de azúcar que de fruta. Dejar reposar al menos dos horas.
Poner a cocer a fuego suave. Llevará más o menos tiempo dependiendo de la fruta que esté más o menos madura. Está listo cuando el membrillo tenga ese característico color rojizo, esté blandito y casi no le quede líquido.
Triturar muy bien y verter en unos moldes. Dejar enfriar a temperatura ambiente, y después dejar en la nevera hasta el día siguiente.
Si lo vamos a congelar, cortamos en porciones del tamaño deseado, envolvemos bien con papel film y guardamos en el congelador.