Este evento ha sido “un antes y un después en mi carrera”, confiesa Marcos tras la celebración del Mundial y al ver que su nombre se encuentra entre los mejores del mundo. “Es muy ilusionante. Estoy muy satisfecho con el resultado, tuvimos tan sólo dos semanas para preparar la prueba cuando muchos de mis compañeros llevaban un año preparándola. Todavía queda camino por recorrer para convertirme en campeón del mundo, pero no lo veo imposible. Fue increíble estar rodeado de muchos de mis ídolos, a los que había visto infinidad de veces en vídeo, pero a los que no conocía personalmente”, celebra.
El vigués destaca positivamente el gran nivel de los países asiáticos en el mundo del café y las nuevas técnicas que se están empleando tanto en su elaboración como en su producción. Asimismo, quiso agradecer la experiencia a todo el equipo de Delikia, la empresa en la que trabaja como responsable de calidad.
“Una de las cosas que me aportaba mucha tranquilidad era el gran equipo que fue conmigo a Boston, son los mejores. Un barista realiza una presentación de quince minutos en la que expresa el trabajo de mucha gente, lo que hay detrás de un ejercicio nadie lo sabe”, apunta.